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La invitación es a comer a bordo del “Eladia Isabel”, nave de la flota de Buquebús, el 21 de agosto. La cena flotante es el pretexto para recaudar fondos con destino a Ahora Argentina, el movimiento que lidera Patricia Bullrich. Entre bocado y bocado, ella y su equipo de profesionales presentarán sus propuestas, regadas con buen vino para facilitar su deglución. La idea es que la construcción de la Nueva Argentina (¿no la había construido ya Juan Perón en su primera presidencia?) “es una tarea que necesita de mucha gente y (sobre todo) muchos recursos”. Pero el propósito es “cambiar de raíz la forma en que se financia la política. En Ahora Argentina –prosigue el convite– hemos decidido democratizar los aportes...” Luego de abundar en otros altos propósitos, se detallan las “varias posibilidades de participación”.
La de mayor jerarquía permite sentarse a la mesa Presidencial, engalanada por La Piba en persona. Ese privilegio está reservado a sólo diez comensales, que deberán pagar 15.000 pesos por el cubierto. Fuera de ese círculo áulico, pero formando un anillo en torno de él, se ubicará la categoría Patrocinante. En cada una de sus cinco mesas “compartirás la mesa con uno de los principales responsables del movimiento”. Pero a pesar de que “se encuentran ubicadas alrededor de la mesa Presidencial”, según se precisa, cada mesa Patrocinante entera apenas vale 10.000 pesos, con lo que bastan mil para capturar un sitio con vista directa a la conductora.
Menos fortuna tendrán los asistentes de la categoría Sponsor. Por un lado, sólo podrán compartir manteles con los “principales referentes” del movimiento, de un status obviamente inferior al de los “principales responsables”. Para colmo de males, perderán inmediatez respecto de la señora Bullrich, dado que sus mesas compondrán un segundo cordón, dispuesto en redor del estamento Patrocinante. También habrá cinco mesas para este estrato, cada una de las cuales apenas valdrá 7000 pesos en total, o $ 700 por cubierto.
Quienes deseen participar pero con una inversión de tan sólo 500 pesos tendrán a su disposición otras cinco mesas, de categoría Adherente, con diez cubiertos cada una, pero en tal caso sin el atractivo de alternar con activista alguno de Ahora Argentina. Además, Patrocinantes y Sponsors les podrán tapar la visual, dificultándoles contemplar a la guía del movimiento. Sin embargo, los Adherentes tendrán el consuelo de no ser el último orejón del tarro, ya que hay en venta 140 cubiertos a un valor de 300 pesos cada uno, repartidos al azar en la periferia del salón flotante.
Si la ex ministra de Trabajo de Fernando de la Rúa consigue agotar los cubiertos, Ahora Argentina recaudará 302.000 pesos que, según se explicita, “se destinarán al desarrollo de las propuestas de gobierno y la búsqueda, selección y capacitación de dirigentes en todo el país”. La intención manifestada es “democratizar los aportes” y ser “absolutamente transparentes” en su uso, permitiendo que los donantes controlen el destino que se les dará.
A pesar de la invocada “transparencia”, esta opción recaudatoria no excluye otras más opacas, ni parece capaz de allegar los fondos necesarios para una campaña. En cuanto a la “democratización” de la colecta, se apela a una minuciosa estratificación, que correlaciona poder financiero y cercanía a quien toma las decisiones, algo más propio de la Vieja Argentina.