EL PAíS › UN POLICIA DETENIDO POR LA REPRESION DEL 20 DE DICIEMBRE
Corrientes también tuvo homicidios
Juan Ramón Vallejos, uno de los cinco policías sospechados de haber asesinado a quemarropa a Ramón Alberto Arapí (20 años) en la noche del 19 al 20 de diciembre pasado, fue detenido ayer como autor material.
A siete meses del suceso y luego de haber sido reconocido en rueda de personas por un testigo presencial, fue detenido en Corrientes el agente Juan Ramón Vallejos, uno de los cinco policías sospechados de haber asesinado a quemarropa al joven Ramón Alberto Arapí, de 20 años, durante los sucesos ocurridos en esa ciudad en la noche del 19 al 20 de diciembre pasado, en forma coincidente con la caída del entonces presidente Fernando de la Rúa. Junto con la identificación positiva de Vallejos, en la zona donde vive el testigo clave se produjeron ayer “movimientos extraños y amenazas de muerte” que llevaron a postergar los reconocimientos de los otro cuatro policías “que ya están identificados y que pertenecen a la comisaría primera, que es la que intervino”, informó a Página/12 Hilda Pressman, de la Comisión de Derechos Humanos de Corrientes. El policía detenido sería “el autor material del crimen”, dijo a este diario Diego Vigay, abogado de la familia Arapí.
En Corrientes, aunque no hubo manifestaciones de protesta, se registraron algunos saqueos a supermercados que motivaron la realización de importantes operativos policiales en distintos barrios de la ciudad. La represión terminó con cinco heridos de bala, entre ellos el joven Arapí, que fue el único que falleció. Las otras cuatro víctimas fueron Diego Fernández, Hugo Cáceres, Juan Alberto Torres y Milton Vallejos, quienes tuvieron que ser internados por la gravedad de las heridas sufridas.
Todos los hechos de violencia –salvo el de Arapí– ocurrieron en los alrededores de los principales supermercados de la ciudad, entre las 23 del 19 de diciembre y las 2 de la madrugada del 20 de ese mes. Arapí fue herido de bala en la cabeza muy cerca de su domicilio, en el barrio Nuevo, en presencia de amigos y familiares. El supermercado más cercano está a unas diez cuadras y allí no hubo saqueo.
Al ser interrogados por el juez Mario Payés, los testigos presenciales dijeron que en forma imprevista, cuando Arapí y sus amigos se encontraban con el mate en la mano, tomando un pacífico tereré, entró en el barrio, a gran velocidad, una camioneta Ford F-100 ocupada por cinco personas. Dos de ellas iban vestidas con el uniforme de combate de la policía correntina. Uno de los dos uniformados se acercó a Arapí, que trató de refugiarse en la casa de un vecino, y sin motivo aparente le disparó un balazo con su arma reglamentaria. El joven cayó herido y murió poco después en el hospital zonal.
“Uno de los policías descendió del rodado, puso de rodillas a Ramón, le gritó algunos insultos y a pesar de los ruegos del muchacho, le disparó a quemarropa”, explicó Vigay. El balazo entró por la nuca y salió por el pecho. En el lugar quedaron las vainas servidas, que fueron recogidas por los vecinos y presentadas como evidencia. Vigay sostuvo que de acuerdo con lo dicho ante el juez por el testigo clave “el agente Vallejos sería el autor del disparo mortal”.
El caso, que estuvo parado durante largos meses, comenzó a moverse a partir de marzo, cuando el abogado y la Comisión de Derechos Humanos comenzaron a reunir datos que permitieron establecer que la camioneta Ford F-100 que entró esa noche al barrio Nuevo, es el único móvil policial con el que cuenta la comisaría primera. Recién entonces el juez Payés dispuso el allanamiento de la seccional y secuestró los libros de guardia. Allí quedó la constancia de la salida del móvil, en el horario en el que se produjo el ataque que sufrió Arapí. “Ya están identificados con nombre y apellido todos los miembros de la comitiva policial, pero por cuestiones de prudencia los mantenemos en reserva hasta que se puedan realizar los otros cuatro reconocimientos en rueda de personas”, aclaró Vigay.
Los querellantes analizan ahora la posibilidad de acusar también, como responsables ideológicos del crimen, a las autoridades políticas y al jefe de la policía correntina. La Comisión de Derechos Humanos, que colabora con Vigay, cree que al ministro de Gobierno, Pedro Cassani, al subsecretario de Seguridad, Manuel Aguirre, y el jefe policial comisario Mario Fleitas “tienen la misma responsabilidad que se le adjudica ahora alex presidente De la Rúa” en la causa por las muertes ocurridas en la Capital Federal, según dijo Pressman a este diario.