Esta vez no lo nombró. Tampoco hizo falta. Por lo que dijo quedaba claro que se estaba refiriendo al candidato de la derecha, Mauricio Macri, para gobernar la ciudad. De visita por San Juan, el presidente Néstor Kirchner volvió a meterse en la pelea por el ballottage porteño. “Hay muchos que se reciclan y creen que no tenemos memoria. Quieren decirnos qué es lo que tenemos que hacer, pero nosotros tenemos memoria. Sabemos quiénes son los que nos llevaron al borde del abismo, que decían que teníamos que inclinarnos ante el Fondo o que debíamos aceptar un aumento de tarifas”, dijo en un acto por la inauguración del Centro Cívico de la provincia, donde a partir de ahora funcionará el gobierno sanjuanino. En la despedida, Kirchner prometió que volvería a San Juan en 2008 y bromeó sobre cuál será su cargo dentro de un año: “Por ahí vengo como Presidente y por ahí como primera dama o, bueno, como primer caballero”.

Acompañado por su esposa Cristina Fernández, Kirchner aterrizó en San Juan para inaugurar las instalaciones de la nueva sede de la gobernación. Tras el terremoto de 1944 –aquel famoso desastre natural que contribuyó a que se conocieran Perón y Evita– en San Juan no habían quedado dependencias públicas en pie. La nueva sede de la gobernación comenzó a construirse en 1973 pero las obras se paralizaron totalmente en 1981. Desde entonces el Centro Cívico en cuestión pasó a ser llamado el “monumento a la desidia”. Ayer se inauguró el edificio, cuya construcción está a cargo de la empresa Petersen, Thiele y Cruz, a la que le adjudicaron la licitación. La misma constructora, cuyo titular es Enrique Esquenazi, quedó a cargo de la ampliación de la Ruta 3 de La Matanza.

Además del Presidente y su esposa estuvieron los ministros Julio De Vido y Aníbal Fernández, el gobernador mendocino Julio Cobos –probable candidato a vice de la Concertación plural– y por supuesto el anfitrión, el mandatario sanjuanino José Luis Gioja. Ante ellos, Kirchner hizo un repaso de su gestión y la diferenció de las teorías neoliberales de la década del 90, a las que responsabilizó por haber “hambreado a la Argentina y a América latina”. “Cuando algunos ponían bajo custodia su riqueza, el 25 de mayo del 2003 nos abrazamos al pueblo para reconstruir el país. Dijimos que no veníamos a dejar las convicciones y las ideas detrás del sillón en la Casa Rosada. Y dijimos ni claudicar ni arrodillarnos. Salir a defender con hidalguía y dignidad los derechos de los argentinos”, aseguró.

Con un evidente tono de campaña, Kirchner siguió con su balance. Entonces le dedicó un párrafo especial a su política de derechos humanos. “Queremos vivir en una Argentina donde haya memoria y en la que los torturados y abatidos por la dictadura, como toda la sociedad argentina, tengan el derecho de acceder a la Justicia. Algunos me dijeron que con eso iba a dividir a la sociedad, porque parece que querían más un panqueque que un Presidente y yo no vine a ser un tibio”, remarcó el Presidente. Luego volvió a referirse a la relación con el FMI y la quita en la deuda privada: “Los neoliberales siguen hablando, diciendo que teníamos que pagar todos los males que habíamos hecho a este mundo”.

Antes de que hablara Kirchner, el sanjuanino Gioja pareció sumarse a la estrategia K de polarizar con el pasado para cargar contra Macri. Dijo que la demora en terminar el edificio representaba “un pasado al que los argentinos no podemos ni debemos volver jamás”. Evidentemente, todo el oficialismo está metido en la campaña porteña.