Las fórmulas, coaliciones y líneas políticas que participaron de las elecciones porteñas del domingo empezaron a rearmarse con nuevos alineamientos para el ballottage. Con posiciones más o menos previsibles, y de las otras, los referentes anunciaron sus distintos pasos. La estela de victoria macrista arrastró un compromiso de Roberto Lavagna, que le prometió su voto. Daniel Filmus ganó el apoyo del PC. Y la Coalición Cívica convocó a la “libertad de acción” en un documento, aunque los dirigentes hablan de un voto en blanco. En ese contexto, apareció nuevamente Enrique Olivera para explicar que su lapsus no fue un lapsus, sino su aprobación del triunfo de Macri.

Los resultados del documento de la Coalición Cívica provocaron algunas sorpresas. Durante un encuentro realizado ayer, los dirigentes acordaron una síntesis con posiciones más o menos conocidas: muchos ya se habían pronunciado después del fracasado final electoral, por esa razón el dato más fuerte no parece ser el texto, sino el acuerdo de sectores distintos para plasmar una misma posición.

En su documento, la mesa ejecutiva nacional dejó sentado que la coalición “ratifica su propuesta basada en la ética, la República y la distribución del ingreso y estima que ninguno de los dos candidatos a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires los representa”. Aun así, se definió como “oposición” al gobierno nacional “patrimonialista, corrupto y hegemónico”. Razón por la cual, luego de pedir garantías para las condiciones de democracia y trasparencia del ballottage, convocó a sus electores a optar desde su libertad de conciencia.

Además de Carrió, el documento llevó la firma de la diputada electa Diana Maffía y del candidato a vice jefe Enrique Olivera. También de Patricia Bullrich, Gerardo Conte Grand, Elsa Quiroz, Fabiana Ríos, Jorge Tedesco y Miguel Angel Espeche Gil, entre otros.

“Voté por primera vez a los 30 años”, dijo Maffía. “Pero puede haber circunstancias en las que el voto en blanco es una señal y ésta puede ser una oportunidad en que diga algo, que no está dentro de las opciones éticas de la coalición.” Enrique Olivera, en cambio, se expresó por la posición que había adelantado el domingo a la noche, cuando le adjudicó el triunfo definitivo a Macri, aunque varios tomaron aquello como un lapsus. Por si quedaban dudas, ayer confirmó que no se equivocó. Detrás de los resultados del domingo, dijo, hay que entender que un “70” por ciento de los porteños “votó en contra del gobierno nacional”. Y en ese sentido, cree que Macri supo “capitalizar mejor el voto opositor”.

Lavagna también se acopló a esa línea. Candidato presidencial de una oposición que aún no se define, mantuvo hasta el día de las elecciones una prudente distancia del líder de PRO. Ayer cambió de postura como si se tratara de una apuesta a ganador: “Lo que dije (antes de la primera vuelta) –explicó– fue ‘no’ a un delegado del Presidente y sí a otros dos candidatos alternativos. Uno de esos dos candidatos quedan todavía en posición de segunda vuelta (Macri), y en consecuencia por él va mi voto”.

En otro extremo, batalla el Partido Comunista. El sector que lidera Patricio Etchegaray llegó al domingo 3 de junio sin alineamientos orgánicos con ninguna de las listas. El partido había convocado a la “libertad de conciencia”. Ahora las cosas parecen distintas. “Tenemos que detener el avance neoliberal en la ciudad”, dijo Etchegaray al explicitar el apoyo del PC a Filmus-Heller de cara al ballottage. Antes, otros sectores que habían apoyado a Jorge Telerman ya habían anunciado su voto por la fórmula kirchnerista: Humberto Tumini, de Libres del Sur. Algo similar dieron a entender funcionarios porteños como Gabriela Cerruti y Raúl Fernández.