El candidato presidencial de Una Nación Avanzada (UNA), Roberto Lavagna, está contrarreloj cosechando apoyos en partidos provinciales para acrecentar su caudal electoral. Ayer sumó el respaldo de la Convención del Partido Demócrata de Mendoza y de Propuesta Salteña, un desprendimiento del Partido Renovador de esa provincia. El falso ingeniero Juan Carlos Blumberg, que lanzó –casi en solitario– su carrera para la gobernación bonaerense, también se apresta a impulsar la campaña de Lavagna (ver aparte). El ex ministro de Economía del kirchnerismo se saca chispas con la postulante de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, a la hora de imaginarse como la segunda fuerza a nivel nacional y, de esa forma, disputar la primera magistratura en el ballottage con la candidata oficialista, Cristina Fernández de Kirchner.

“Entendemos que el doctor Lavagna es quien mejor representa los intereses del país. El no solamente fue el artífice y protagonista de la recuperación de Argentina unos años atrás, sino que hoy simboliza el respeto republicano, el respeto por las convenciones, por la libertad de prensa y la independencia de los poderes, que entendemos no representan el matrimonio presidencial”, se entusiasmó Omar De Marchi, presidente del Partido Demócrata, y aprovechó para azuzar otras internas al decir que “para nosotros es una decisión importante, considerando que el Partido Demócrata es un partido provincial y, en consecuencia, no nos viene impuesta ninguna fórmula desde la Nación, como sí les sucede a otros. Es una resolución que surge en la provincia de Mendoza, en el ámbito de nuestro partido”.

En Mendoza, el gobernador Julio Cobos es un radical K que se convirtió en el compañero de fórmula de Cristina Fernández de Kirchner. Esa decisión entre los radicales que rechazan al oficialismo y los que se cobijan en el arco del kirchnerismo impactó en las propias huestes de Lavagna. Su compañero de fórmula, Gerardo Morales, es un radical antikirchnerista que consiguió el respaldo institucional de la UCR y, desde allí, como titular del partido, pugna por quitarle el nombre radical a la concertación con el gobierno nacional.

Los realineamientos políticos que inauguran otras lógicas electorales se refuerzan con vistas a las elecciones del 28 de octubre. Un hombre del Partido Demócrata, Gustavo Gutiérrez, fue el compañero de fórmula de Elisa Carrió en los comicios presidenciales del 2003. Si la posibilidad de un acuerdo entre Carrió y Lavagna se presentaba como difícil, el idilio entre la ex titular del ARI y el ex ministro de Economía y Defensa de la Alianza Ricardo López Murphy, crítico acérrimo de Lavagna, tabicó cualquier acercamiento.

En Salta, el Partido Propuesta Salteña anunció que la decisión de acompañar a Lavagna-Morales se tomó por unanimidad, durante una asamblea que deliberó durante el fin de semana. La nueva fuerza está liderada por el senador nacional Ricardo Gómez Diez, las diputadas provinciales Fanny Velarde y Virginia Cornejo y el concejal Alvaro Ulloa.

El lavagnismo también denunció ayer que el gobierno nacional “aumentó por decreto” el gasto publicitario “63 por ciento más que en 2006” y advirtió que con ese dinero “se podrían haber remodelado y arreglado 600 escuelas”. El encargado de salir a cuestionar el manejo de la pauta publicitaria oficial fue Alejandro Rodríguez, vocero político del ex ministro de Economía Roberto Lavagna, quien destacó que “el Gobierno está empecinado en financiar su campaña electoral con la plata de todos los argentinos”.