Tras una semana en vilo y sin que los cordobeses sepan aún con certeza quién va a ser su futuro gobernador, ayer fue el primer día en el que los dos sectores en pugna se tomaron un respiro a medias. Delasotistas y juecistas dedicaron gran parte de la jornada del domingo a sacar cálculos y rediseñar la estrategia jurídica que llevarán adelante desde hoy, cuando se reinicie el recuento definitivo que consagraría al nuevo mandatario provincial. Como se sabe, el lento y cuestionado escrutinio provisorio le adjudicó la victoria al candidato oficialista Juan Schiaretti con apenas el 1,1 por ciento de los sufragios por encima del opositor Luis Juez, unos 17 mil votos de diferencia sobre más de 1,6 millón de votantes. Los hombres de Juez pondrán el ojo en unas 800 urnas del interior provincial, donde no tuvieron fiscales. Y los de Schiaretti quieren acelerar el conteo de las actas. El Superior Tribunal de Justicia (STJ) rechazaría el pedido opositor de abrir todas las urnas y contar voto por voto.

A pesar del espléndido día primaveral, los apoderados y dirigentes de la oficialista Unión por Córdoba y del opositor Frente Cívico y Social dedicaron la jornada a trazar sus estrategias frente al recuento de las actas de las 6150 urnas utilizadas en la elección. El FCyS espera otro revés judicial. Todo indica que el tribunal no haría lugar a su pedido de contar voto a voto, como ya lo hizo al negar la recusación de la jueza electoral Marta Vidal.

Los hombres de Juez seguirán impugnado las urnas en las que haya diferencia entre las actas firmadas por los fiscales y los telegramas que contabilizó el correo, y en aquellas donde haya una “excesiva diferencia” entre los votos a gobernador y legisladores provinciales. Si el número de urnas cuestionadas es “significativo”, pedirán una “elección complementaria”. Es decir, que en esas mesas se vote nuevamente.

La mayor atención estará puesta “en las más de 800 urnas de pueblos y pueblitos del interior profundo” en las que el juecismo no tuvo fiscales. “Son más de 800 urnas en las que extrañamente no tenemos ni un solo voto, y en algunos casos sólo uno. No es un tema menor, la diferencia que hoy le adjudican a Schiaretti se reúne con los votos de 50 urnas”, dijo a Página/12 el apoderado del FCyS, Miguel Ortiz Pellegrini.

“No hay ninguna acusación consistente como para que el STJ ordene abrir todas las urnas”, dijo también a este diario el diputado nacional Carlos Caserio, el jefe de campaña de Schiaretti y su probable ministro de Gobierno. Los fiscales del PJ –empujados por el gobernador Juan Manuel De la Sota– pedirán, en cambio, que se abran las urnas cuestionadas para evitar una nueva elección en esas mesas e insistirán en que se aceleren los tiempos del conteo. La jueza Vidal estudia sumar fiscales del fuero federal para ampliar las mesas escrutadoras y agilizar el recuento.

Juez ya jugó una de sus cartas políticas más fuertes, pero no logró el efecto esperado. Su partido no presentó lista de legisladores nacionales para octubre, como una forma de repudiar “el fraude” que denuncia. Un gesto que pasó casi inadvertido en el fragor del cierre de listas en todo el país, aunque nadie se anima a cuantifificar su repercusión entre los cordobeses. En tanto, en el PJ ya se salen de la vaina para hacer campaña por Cristina Fernández de Kirchner. Un triunfo de la candidata en Córdoba ayudaría a legitimar el cuestionado poder del futuro mandatario cordobés, si el recuento unge gobernador a Schiaretti.