Jueves, 25 de octubre de 2007 | Hoy
EL PAíS › EL GOBERNADOR PERALTA ASPIRA A SER ELECTO Y EL RADICAL COSTA TAMBIEN
La provincia del presidente Kirchner vota el domingo, después de un año en el que tuvo que renunciar el gobernador Sancho y estallaron distintos conflictos gremiales.
Por Miguel Jorquera
Santa Cruz llega a la elección presidencial, en la que también elegirá a su nuevo gobernador, un poco más apaciguada. La provincia del presidente Néstor Kirchner tuvo un año atravesado por graves conflictos sociales, que desencadenaron una crisis política y la renuncia del gobernador Jorge Sancho. Las huelgas de docentes, petroleros y pesqueros melló el caudal electoral del oficialismo y la posibilidad de que la ministra Alicia Kirchner se convirtiera en la candidata a gobernadora. Ahora, la bandera del kirchnerismo está en manos del actual gobernador, Daniel Peralta, que va por su reelección y la intención de sumarle la mayor cantidad de votos posibles a Cristina Fernández en su propio territorio. Pero enfrente tendrá un difícil contrincante: el radical Eduardo Costa, que logró unificar a un sector importante de la oposición y que llevará en sus boletas las candidaturas presidenciales de Roberto Lavagna y Elisa Carrió.
Peralta considera que tiene a su favor el sello kirchnerista y el papel de “mediador” que se ganó abriendo el camino para terminar con el conflicto docente que paralizó por tres meses las escuelas de Santa Cruz. El ex gremialista bancario llegó a la gobernación después de que la huelga de los maestros se fagocitó a Sancho, que había asumido tras la renuncia de Sergio Acevedo. Aunque el proceso no fue sencillo. Peralta tuvo que dejar la intervención del yacimiento minero de Río Turbio y reasumir su banca de diputado para que la Legislatura provincial lo consagre gobernador.
Pero el nuevo gobernador no tuvo demasiados momentos relajados. No bien asumió, un escrache a Alicia Kirchner volvió a encender la luz de alarma para el oficialismo. También tuvo que lidiar con otros conflictos gremiales, que se apagaron con soluciones llegadas desde la Nación. Como el de los petroleros que reclamaban la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias. Más tarde estalló la rebelión de los trabajadores pesqueros, que terminó con la quema de una factoría en el Puerto Deseado. Para colmo de las aspiraciones electorales del oficialismo, el ex ministro de gobierno Daniel Varizat atropelló con su camioneta 4x4 a una veintena de manifestantes y fue a parar a la cárcel. Peralta llega a la elección con una pesada mochila de recuerdos muy fuertes y frescos en la memoria de los santacruceños.
En cambio, Costa se presenta como una “cara nueva” en la política provincial y sin demasiados antecedentes. El empresario de la construcción ganó la interna radical al intendente de Río Gallegos, Héctor Roquel, que había apoyado el conflicto docente y promovió el reclamo de los trabajadores municipales contra la administración provincial, que terminó en una violenta represión. Roquel ya se imaginaba como el candidato opositor en la elección del domingo, pero tuvo que resignar el lugar en favor de Costa.
La política de alianzas de Costa le permitió unificar a una parte de la oposición. El Frente Cambiemos para Crecer –que nuclea a la UCR, el ARI y el PS– lo llevará como candidato a gobernador, en las boletas que postulan a Lavagna y a Carrió a la presidencia. En los bunkers del ex ministro de Economía y de Lilita confían en que Costa capitalizará el voto opositor de los santacruceños.
La pelea electoral tendrá varios escenarios. El Frente para la Victoria apelará a su prédica en el interior provincial que reúne el 60 por ciento de los 160 mil empadronados de todo Santa Cruz y dará batalla en Río Gallegos con seis sublemas que disputarán la intendencia de la principal ciudad de la provincia, con el 40 por ciento del electorado.
En tanto, el Frente Cambiemos para Crecer buscará ampliar al máximo la diferencia que se adjudican en Ríos Gallegos –donde el radicalismo gobierna desde hace 12 años– y recoger un importante caudal en el interior, con una “pelea voto a voto en Caleta Olivia”, la segunda ciudad en importancia de la provincia con 29 mil electores.
La disputa electoral en Río Gallegos también será palmo a palmo. Todo indica que el transporte público colapsará el domingo. Casi todos los taxis y remises fueron alquilados por distintas fuerzas políticas para garantizar la afluencia de su propia tropa a las urnas. Allí, el kirchnerismo de la capital provincial dirimirá su propia interna en la elección nacional y el frente opositor –que lleva un mismo candidato a gobernador– se disputa los votos para Lavagna y Carrió: los dos candidatos presidenciales que aspiran a ingresar al ballottage.
La oferta electoral, entre los candidatos a la gobernación, se completa con el peronista anti K y diputado nacional Eduardo Arnold, por el partido provincial Unidos por Santa Cruz. La izquierda llevará a Miguel del Plá, por el Frente Unidad Trabajadora-Partido Obrero; y el abogado del gremio docente (Adosac) Bernardino “Dino” Zaffrani encabezará la boleta del Movimiento Socialista de los Trabajadores-Nueva Izquierda.
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