EL PAíS
Avelín acusó a Duhalde de “ser el jefe de una mafia”
El secretario de Provincias de la Nación, Arturo Puricelli, respondió que había sido “el peor gobernador de la Argentina”. En San Juan asumió el vice y Avelín dijo que resistirá.
La Legislatura de San Juan resolvió el lunes a la noche por amplia mayoría suspender e iniciarle juicio político al gobernador Alfredo Avelín, pero la situación todavía demorará su tiempo en volver a la normalidad. Avelín acusó ayer al presidente Eduardo Duhalde de ser el jefe de “una mafia organizada que está destruyendo al país”. El funcionario encargado de responderle, el secretario de Provincias, Arturo Puricelli, le devolvió gentilezas: lo calificó como “el peor gobernador de la Argentina”. En medio de la pelea verbal, el reemplazante de Avelín, el vicegobernador Ubaldino Acosta, comenzó a transitar el camino con el que espera sacar a San Juan de la parálisis en que se encuentra desde principios de año al anunciar que firmará el pacto fiscal con la Nación, algo a lo que el gobernador ahora suspendido siempre se negó.
La derrota de Avelín en la Legislatura estaba cantada dado que sus propios aliados le habían quitado el apoyo. El gobernador suspendido ganó las elecciones en 1999 gracias a que su partido, Cruzada Renovadora, se unió al Partido Bloquista, la UCR y el Frepaso. En la sesión del lunes a la noche, tanto el bloquismo como el radicalismo prepararon dictámenes favorables a la apertura de un juicio político por los cargos de incumplimiento de los deberes de funcionario público. Con el agregado de los votos de los legisladores opositores del PJ, la votación terminó 16 a 6 a favor del juicio.
Ahora, durante un período de 30 días, la otra mitad de la Legislatura se transformará en la sala juzgadora y llevará adelante el proceso contra Avelín: evaluará pruebas, tomará testimonios y terminará dictando sentencia. Probablemente, se especula en la provincia, fallará su destitución e inhabilitación.
La caída de Avelín se aceleró a partir de enero pasado, cuando el abultado déficit de las cuentas provinciales lo llevó a no pagarles el sueldo a estatales y docentes. Hoy, la actividad del sector público está paralizada y las escuelas provinciales llevan más de 70 días sin clases, por lo que es muy probable que los chicos pierdan el ciclo lectivo. Además, los gremios estatales denunciaron a Avelín por hacer retenciones a los sueldos y luego no depositar esas sumas que supuestamente eran para pagar obras sociales, seguros de vida y sindicatos.
Enterado de la decisión de la Legislatura, Avelín anticipó que no piensa renunciar y eligió culpar de todos sus males a Duhalde porque no envía los fondos que le debe a la provincia. Según el gobernador suspendido, el Gobierno actúa así porque él no aceptó someterse “a los delincuentes de la banca internacional”. “No voy a renunciar ni me voy a defender: me defiendo con mi conciencia, con mi actitud, con mi vida y la lucha de toda mi vida. Para que me destruyan me tienen que matar”, dijo Avelín.
La Rosada contestó los ataques de Avelín a través de Arturo Puricelli, el funcionario encargado de manejar la relación con las provincias. “El no puede decir que se lo ha dejado librado a su suerte, que se lo ha removido por su oposición al Fondo o por sus declaraciones rimbombantes: lo que ha sido verdaderamente es un inútil”, sentenció Puricelli. También lo llamó “pésimo administrador”.
El reemplazante de Avelín mientras dure el juicio es su vice, Acosta, del Partido Bloquista. En sus primeras declaraciones, el gobernador interino mostró su intención de desactivar el frente de conflicto abierto con la Nación: anunció su predisposición a firmar el pacto fiscal, algo a lo que Avelín se oponía porque consideraba que eso significaría reducirles el sueldo a los empleados públicos. Los movimientos de Acosta fueron los de alguien que parece dispuesto a quedarse más de un mes en su puesto: nombró a cuatro ministros, al secretario general de la Gobernación e informó de su pedido de audiencias con el Presidente y los ministros de Economía y de Interior, Roberto Lavagna y Jorge Matzkin, respectivamente.
Paralelamente, Acosta comenzó a negociar con los gremios estatales una tregua para que levanten sus huelgas y se regularicen los servicios del Estado. Pero los sindicalistas le respondieron que sólo levantarán lamedida si les pagan al menos uno de los cuatro sueldos que les adeudan. Además, anticiparon que, en todo caso, la decisión la tomarán en una asamblea junto a todos los trabajadores.