Lunes, 24 de diciembre de 2007 | Hoy
EL PAíS › LA JUSTICIA BUSCA PROBAR QUE EL VALIJERO NO ERA UN PERSONAJE AISLADO
Los fiscales que investigan el caso juntan evidencias para demostrar que Antonini Wilson formaba parte del equipo de la petrolera venezolana. El dato es importante porque, si se trató de una organización, endurece las penas por lavado de dinero.
Por Raúl Kollmann
La fiscal María Luz Rivas Diez y el fiscal general Mariano Borinski juntan evidencias para, en una primera etapa, dejar probado que Guido Antonini Wilson no era un personaje aislado que vino en el avión fletado por Enarsa, sino que formaba parte del equipo de funcionarios de la petrolera venezolana PDVSA. El dato es de importancia porque cuando en el lavado de dinero –el delito cometido, según los fiscales y la jueza– participa una organización, las penas se endurecen considerablemente y van de cuatro a diez años de prisión. En una segunda etapa, en la que Rivas Diez y Borinski también comenzaron a trabajar, se buscará definir la participación del funcionario argentino que acaudilló el viaje, el ex titular del Occovi, Claudio Uberti.
La causa argentina por la valija de los 800.000 dólares registra varios pasos y suma una larga serie de interrogantes. En la última semana, los fiscales le tomaron declaración al ex camarista y frustrado abogado de Antonini, Guillermo Ledesma; a los responsables del restaurante “La Rosa Negra”, donde el venezolano-norteamericano cenó 48 horas después de llegar, y al personal del hotel donde residió entre el 4 y el 7 de agosto pasado, o sea, desde la madrugada del sábado en la que llegó y hasta la mañana del martes en que viajó a Uruguay. El objetivo es demostrar que Antonini era parte de la delegación de PDVSA y que no se trataba, por decirlo en el lenguaje que lo explican en Tribunales, “de un gordito que traía una valija con plata, sin que los demás supieran”. En términos judiciales se habla de una delegación homogénea, a la que los fiscales buscan imputarle el delito.
Algunos de los interrogantes que sobrevuelan la causa son los siguientes:
1 ¿Por qué Antonini no fue detenido la misma madrugada en que se le detectaron los 800.000 dólares?
Para los investigadores judiciales del caso no se trató de una irregularidad. La prueba está que no se abrió una causa judicial contra los empleados de la Aduana, que son los que podrían haber decidido la detención en consulta con la jueza de turno. Se considera que el secuestro de los 800.000 dólares era una medida aceptable, sobre todo porque en casos anteriores el ingreso de dinero no fue considerado contrabando sino infracción aduanera. O sea, que lo habitual era incautar el dinero y labrar el acta. De todas maneras, hay jueces en lo penal económico que manifiestan sus dudas y consideran que Antonini debió ser retenido hasta que se le consultara a la jueza, aunque admiten que las posturas están divididas y la mayoría de los camaristas han considerado ingresos parecidos de dinero como infracciones aduaneras.
2 ¿Por qué la jueza no detuvo a Antonini o al menos ordenó que no saliera del país?
La Aduana recién logró comunicarse con una secretaria de la jueza María Martha Novatti el domingo al mediodía, es decir 30 horas después de descubrirse la valija. Hasta ese momento, según sostienen los funcionarios de la Aduana, la magistrada y su secretaria tuvieron los celulares apagados. Por el lado de la jueza, afirman que el acta del secuestro de los 800.000 dólares es escueto y no relata las tres mentiras de Antonini. Es que lo que diferencia la infracción aduanera del contrabando es la intención de engañar. Antonini dijo primero que traía papeles, después libros y después una cantidad pequeña de dólares. Por estas mentiras, descubiertas por los fiscales cuando le tomaron declaración a María Luján Telpuk, la funcionaria de la Policía de Seguridad Aeroportuaria que paró a Antonini esa noche, se le imputó a empresario venezolano-norteamericano el delito de contrabando. Pero incluso tomando ese cuadro de situación en cuenta, los fiscales –tampoco la jueza– han acusado a los aduaneros de falsedad ideológica de documento público. Consideran que el acta fue escueta, pero no falsa. Un veterano juez, consultado por Página/12, señaló: “Las circunstancias eran de ocultamiento. Un avión privado, en el que viajaban funcionarios, llegando a las cuatro de la mañana de un sábado y con tres mentiras de por medio. Aun así, con un acta completa, es muy posible que yo tampoco hubiera detenido a Antonini. Seguro correspondía el secuestro del dinero, pero la detención era dudosa”.
3 ¿Por qué tiene importancia saber si Antonini era parte de la delegación de PDVSA?
Es casi seguro que los fiscales Rivas Diez y Borinski juntarán las evidencias para demostrar que Antonini no era un protagonista aislado. Está declarado que el hijo del titular de PDVSA Argentina, Daniel Uzcáteguy Speech, pidió que subieran a Antonini al avión. También surgiría de las declaraciones de los responsables del hotel y del restaurante que el venezolano-norteamericano era parte de la misión. El dato que no se termina de confirmar es el aportado por la secretaria Victoria Bereziuk en su declaración del 11 de septiembre respecto de la presencia de Antonini en Casa Rosada en un encuentro de hombres de PDVSA, Hugo Chávez y el presidente Néstor Kirchner. Con estos elementos en la mano, el delito de lavado de dinero que le imputan los fiscales a Antonini ya tendrá otro carácter. Y Uzcáteguy Speech y la gente de PDVSA pasarían a ser partícipes del delito.
4 ¿Qué sucede con los funcionarios argentinos, en especial Claudio Uberti?
Todas las fuentes consultadas por este diario coinciden en que no se debe llamar a declarar a Uberti como testigo. El trabajo de los investigadores consiste en juntar evidencias para imputarle participación en el delito. Por ahora, el primer paso es verificar la documentación de la causa norteamericana y verificar si de allí surgen elementos para imputar a Uberti o a cualquier otro pasajero del avión. Por ahora, el centro de la causa está en probar que el dinero es de origen ilegal, que no se iba a usar para ninguna operación registrable en la Argentina, tal cual surge de la respuesta a 70 oficios que se enviaron a los registros de todo el país. “Nos concentramos en las evidencias de que Antonini no estaba haciendo su propio negocio y en demostrar que el negocio es ilegal. A partir de esa punta, tiraremos del hilo”, dijeron el viernes en Tribunales.
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