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Por ahora, el único que firmó es Duhalde

Entró en vigencia el registro para que se anoten los que renuncian a candidatearse. Duhalde ya se inscribió, pero nadie sigue sus pasos. De la Sota criticó la insólita iniciativa; Eduardo Menem la tildó de “estupidez”.

El presidente Eduardo Duhalde firmó ayer el flamante Registro de la Renovación Excepcional de los Cargos Electivos, la insólita iniciativa con la que el Gobierno salió a responder al reclamo para “que se vayan todos”. De esta forma, Duhalde se comprometió a renunciar en forma indeclinable a la presidencia a partir del próximo 25 de mayo y no postularse para ningún cargo durante 2003. Lo difícil era saber ayer qué otro político se anotaría en la lista que inauguró –¿y terminó?– el Presidente. Los hombres del Gobierno que estarían en condiciones de hacerlo como el ministro del Interior, Jorge Matzkin, el jefe de la SIDE, Miguel Angel Toma, o el secretario de Turismo, Daniel Scioli, hasta ahora no se mostraron muy interesados. Tampoco le gustó mucho al candidato presidencial más cercano a la Rosada, José Manuel de la Sota: “Yo no lo hubiera hecho”, dijo.
En cada despacho de la Rosada aclaraban que se trataba de una iniciativa del Presidente cien por cien. Con eso querían explicar que no todos estaban de acuerdo con el registro creado el lunes a través del decreto 1623. Según el artículo 1, en la lista podrán anotarse “todas aquellas personas que ejerzan un cargo electivo y tuvieran voluntad de renunciar al mismo o a eventuales candidaturas para las próximas elecciones, podrán hacerlo por medio de manifestación escrita que quedará asentada en el mencionado Registro”.
El objetivo casi obvio de la movida es provocarle una incomodidad –”chicana”, en el lenguaje de la política– a Elisa Carrió y a Luis Zamora, quienes como diputados estarían en condición de anotarse. Ellos dos, junto al sindicalista Víctor De Gennaro, organizaron el viernes pasado un multitudinario acto frente al Congreso por el “que se vayan todos”, reclamando que en las elecciones de marzo se renueven todos los cargos. Ante eso, el Gobierno ensayó varias respuestas: dijo que el acto había sido un fracaso, también que el año que viene se elegirán el 96,5 por ciento de los cargos ejecutivos y el 78,4 por ciento de los legislativos y, por último, creó el registro.
La idea fue mal recibida por la oposición e, incluso, por algunos sectores del justicialismo. Uno de los más exaltados resultó el senador Eduardo Menem. “Es una estupidez”, respondió cuando le preguntaron por el registro. “Es una payasada los que piden que se vayan todos y una tontera seguirle el juego a ellos abriendo el registro. A mí me parece grotesco, me parece ridículo”, agregó. Tampoco le gustó a De la Sota. “Yo no lo hubiera hecho, no creo que sirva”, opinó.
Al no ocupar cargos electivos, los ministros no estarían dentro de los interesados a anotarse en la lista. Con todo, algunos funcionarios no renunciaron a su banca de legislador y pidieron licencia para asumir en un cargo. En un despacho de un alto funcionario aclaraban ayer que Matzkin, Toma y Scioli actualmente se desempeñaban en esa condición por lo que, si lo deseaban, podrían acompañar al Presidente en el registro. Hasta ayer no se mostraban muy interesados.

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Facsímil del decreto que abre un registro que no hará historia.
 
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