Cuando intentaba ingresar el viernes al Centro Carcelario número 8, en Uruguay, para ver a su padre, una policía vio que la mujer llevaba consigo dos discos compactos, que inmediatamente incautó. El hecho pasó inadvertido hasta ayer, cuando se dio a conocer que allí la hija del ex policía uruguayo Ricardo Medina –preso por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar– cargaba con claves secretas de la policía, historias de instituciones e información detallada sobre la vida personal de la fiscal Mirtha Guianze, que es la abanderada de las acusaciones contra represores en el país vecino. Medina, también conocido como “El Conejo”, es un ex integrante del Servicio de Información de Defensa y es el principal acusado por la desaparición y asesinato de María Claudia García, nuera del poeta argentino Juan Gelman.

El caso destapó un escándalo en Uruguay. Ocurre que de este modo tomó notoriedad pública que dentro de la cárcel especial, en la que además de Medina se encuentran entre otros el ex dictador Gregorio Alvarez, los represores gozan de beneficios como conexión a Internet. Los familiares reconocen que cada uno de los detenidos tiene su computadora personal, pero niegan que tengan acceso a la web. Lo cierto es que en el portal www.envozalta.net se pueden leer los escritos actualizados de los represores y que, a partir de este hecho, la policía procedió a retirar las cuatro computadoras, varios pen drives y “cientos de discos compactos”, cuyo contenido está siendo estudiado “minuciosamente” por el Departamento de Inteligencia.

Según el diario oriental El Observador, que en su edición dominical publicó la noticia, los investigadores depositan todas las sospechas en la hija de Medina, con quien afirman que él se comunicaba por chat. Creen que fue ella la que recolectó la información de la fiscal Guianze y que su rol era de enlace con el exterior. Sin embargo, Nancy Medina no sólo salió en el día de ayer a desmentir los rumores originales que sostenían que miembros de la inteligencia policial habían allanado su domicilio particular, sino que fue por más al anunciar que iniciará acciones legales.

Por su parte, Guianze optó por guardar silencio. De 63 años, la fiscal fue la primera en solicitar la excavación de predios militares en busca de restos óseos de desaparecidos durante la dictadura militar y fue ella quien logró el procesamiento, entre otros, del ex canciller Juan Carlos Blanco y los dictadores Gregorio Alvarez y Juan María Bordaberry.

El caso se vincula con la desaparición de la nuera de Gelman. Ocurre que si bien Medina no está detenido por esta causa, es el principal acusado. “Existen varios uruguayos imputados por el secuestro y desaparición forzada de María Claudia García Iruretagoyena de Gelman. Sin embargo, como están detenidos en el Uruguay por otras causas, no pueden ser extraditados a la Argentina. Y hasta que esto no ocurra, nosotros no los podremos juzgar”, dijo a Página/12 Marcelo Buigo, abogado del poeta. Además de las tres causas que lleva adelante Buigo por el caso Gelman, en Uruguay el abogado José Luis González lleva otra que se encuentra archivada. Para intentar reabrirla, Macarena Gelman, nieta del escritor, tiene previsto presentarse como querellante una vez que termine la feria judicial.

El caso Gelman se enmarca en lo que fue el Plan Cóndor, la organización represiva de las dictaduras del Cono Sur en la década del ’70. El 24 de agosto de 1976, María Claudia fue secuestrada en su domicilio de Buenos Aires junto a su marido, Marcelo Gelman. Ambos fueron llevados al centro clandestino de detención Automotores Orletti, donde Marcelo fue asesinado tiempo después. María Claudia, en cambio, fue trasladada al Uruguay con su embarazo de siete meses. En el hospital militar dio a luz a su hija, que fue entregada a otra familia. Recién en el 2000, luego de una investigación de su abuelo, Macarena recuperó la identidad. María Claudia continúa desaparecida.

Informe: Diego González.