EL PAíS › OPINION
Un espacio de esperanza
Por Eduardo Jozami
Cómo transformar un generalizado sentimiento de rechazo en una consigna movilizadora? ¿Cómo traducir el reclamo de que se vayan todos en una propuesta institucional que lo haga viable? Estos son los desafíos que enfrenta el movimiento por la caducidad general de los mandatos que hizo su primera jornada el pasado viernes 30. El balance confirma las previsiones de quienes alentamos la convocatoria: los actos de Plaza del Congreso, Paraná y otros lugares fueron importantes y la participación en los cortes de ruta, escraches y otras acciones en todo el país más que significativa, pero todavía son muchos los que compartiendo el repudio a la Corte y el reclamo de caducidad de los mandatos no se deciden a movilizarse. Esa actitud podría también relacionarse con los datos de las encuestas que muestran que mientras un 90 por ciento de los consultados comparte el anhelo de que se vayan todos, buena parte de ellos todavía vota por candidatos del actual oficialismo.
Este último dato obliga a moderar cualquier visión triunfalista y nos ubica en la necesidad de debatir y convencer no sólo de que es correcta y viable la propuesta de la Convención Constituyente que –entre otras cosas, ratificaría la caducidad de los mandatos– sino también que el espacio popular reunido en torno a esta propuesta puede alcanzar un grado de coincidencia como para convertirse en alternativa de poder. Por ello, ha sido tan importante –en un contexto de generalizado rechazo a la política– la convocatoria conjunta de Carrió, De Gennaro y Zamora, y la posterior ampliación del espacio incluyendo otras agrupaciones y partidos de izquierda. Como también que las diferencias surgidas sobre la marcha a Plaza de Mayo y otras cuestiones se hayan tratado por todos con la prudencia necesaria para no poner en peligro la continuidad de la acción conjunta.
La exitosa jornada del día 30 es sólo un primer paso, como se coincide en señalar. Pero, ¿un primer paso para qué? ¿Sólo para reclamar la caducidad de los mandatos o para avanzar hacia un acuerdo político más amplio? Esta es la pregunta del millón y la verdad es que no es fácil la respuesta. Por una parte cualquier especulación electoral sería hoy prematura y pondría en peligro la consolidación del espacio, pero, cuando vemos el interés que la propuesta ha despertado en organizaciones sociales y asambleas barriales, es inevitable imaginar la posibilidad de que este ámbito se abra todavía más a la participación y se amplíe a muchas otras iniciativas que van más allá de la caducidad de todos los mandatos. Además, quienes hoy estamos con Carrió y siempre hemos acompañado a la CTA, desde la Marcha Federal hasta el Frenapo, vemos la discusión abierta en la Central en busca de un mayor protagonismo político no como una amenaza para nuestra fuerza sino como un estímulo para buscar una confluencia política y social más amplia.
En definitiva, no estamos en un simple acuerdo instrumental por lograr la caducidad de los mandatos sino iniciando un proceso de mayor alcance que tiene que ver con todo lo ocurrido desde el 19 y 20 de diciembre. Imaginemos que se lograra la convocatoria a la Convención Constituyente, resultaría deprimente que cada fuerza se atuviese a sus definiciones actuales y no se acordara un programa mínimo común sobre las reformas a introducir y en el caso de no lograrse esta convocatoria, ¿no deberíamos seguir luchando juntos, afirmando el compromiso de imponerla sea cual fuere el resultado electoral?
Todos estos razonamientos apuntan a garantizar la continuidad y consolidación de los actuales acuerdos, previendo los diferentes escenarios que pueden presentarse. Pero la profundidad de los acuerdos futuros también depende de nuestra capacidad para interpretar hoy a la amplia mayoría de la población, víctima del saqueo del país, que repudia al actual gobierno y quiere un cambio, aunque no siempre le aparezca claramente las características de ese cambio y su posibilidad. Todavía es mucho lo que puede hacerse para traducir el reclamo “que se vayan todos” en oposición al aumento de tarifas, demanda de políticas contra el hambrey por el empleo, rechazo al FMI y defensa del Mercosur contra la imposición del ALCA. La ampliación de nuestras coincidencias y la perduración del nuevo espacio son requisitos imprescindibles para mostrar que estamos en condiciones de librar esa pelea.