Las imágenes quedaron atrapadas por la memoria pródiga de una cámara de televisión. Las tomas son viejas; se hicieron en el pueblo de San Pedro a mediados de marzo pasado, cuando todavía nadie imaginaba que la protesta del campo podía durar y durar. Ante la fisgona mirada de la cámara, entonces, el presidente de la Sociedad Rural del pueblo detalló los temores de su gente y enarboló lo que ahora parece el llamado a una incipiente insurrección.

“Hace varios días que estamos teniendo esa versión”, explicó ante el cronista, que le preguntaba por la protesta de los camioneros. En aquel momento, el gremio dirigido por Hugo Moyano había salido a poner cuerpo y camiones en la ruta para disuadir los piquetes rurales. De aquella puesta en escena, con los dos bandos enfrentados, se esperó durante días cualquier tipo de desenlace. Pero, sin duda, no se esperó una posición como la que adelantaba convencidamente el ruralista ante las cámaras.

“La gente sin duda que está harta de este tipo de patotas –explicó–. Hay gente preparada dentro de los piquetes como para repeler cualquier tipo de agresión, ¡no buscada por nosotros! ¿No?”

–¿Eso incluye que pueda haber algún tipo de hombre armado? –preguntó el cronista.

–Dentro de las casillas de los productores que hay acá en la zona, hay armas sin ninguna duda.

–¡Están preparados para lo peor! ¿No es cierto? ¿Están hablando de hombres armados, por ejemplo?

–Bueno, por supuesto. Nos empujan, y nosotros somos de difícil retorno.

–¿Hasta cuándo va a seguir la protesta?

–Hasta que las velas ardan.

La saga de marzo volvió a verse, sin embargo, en los últimos días. Aquel momento, había sido capturado por la tele y reproducido luego por el programa Indomables. En una síntesis de un minuto, Roberto Pettinato había logrado rescatar en una lógica burlona las efímeras secuencias de la telepantalla para insertarlas en otro lugar. Esas mismas imágenes ahora fueron recuperadas en otro espacio. Artemio López acaba de ponerlas on-line en su ecléctico espacio del rambletamble.blogspot.com. Allí quedaron detenidas o mejor, retenidas en el espacio privilegiado del sociólogo. Y allí se dan las explicaciones más importantes del caso.

El viernes pasado, la Justicia detuvo a ocho productores rurales, entre ellos ruralistas de San Pedro. Quedaron presos Juan y Fernando Morreres, Alberto Batalla y Reynaldo Bianchini, pero también el presidente de la Sociedad Rural de San Pedro, Raul Victores, y su hijo Rufino.

Victores es ex vicepresidente de Carbap, productor agropecuario y dueño de un establecimiento propio y también engorda ganado para terceros. En estos meses, se ha convertido en el líder de los productores autoconvocados de la zona norte de la provincia de Buenos Aires y es uno de los más activos en el corte.

El sábado, una vez liberado, aseguró que ya no cree en el diálogo para la resolución del conflicto con el Gobierno. En esa línea, dijo en varios reportajes, apuesta a la vía judicial como única alternativa. “La soberbia y la inconciencia del Gobierno llevaron al conflicto a un camino sin salida”, indicó. El 26 de abril, Alfredo De Angeli se pronunció en la misma línea. Sus declaraciones desataron entonces un escándalo, pero nadie sabía entonces que las velas seguían ardiendo en alguna otra parte.