Jueves, 10 de julio de 2008 | Hoy
EL PAíS › GUADAGNI Y GONZáLEZ FRAGA CRITICARON EN EL SENADO LAS RETENCIONES
Por Sebastián Premici
“Hoy pensé en encontrarme con dos economistas progresistas, que seguramente cuestionarían los niveles de las alícuotas de las retenciones y no el instrumento como herramienta de política económica. Les hago una pregunta, ¿de dónde creen que sale el dinero para mantener el tipo de cambio alto que beneficia a los exportadores?” Con estas palabras, Miguel Angel Pichetto (FPV), jefe del bloque K en el Senado, disparó contra los economistas Javier González Fraga y Alieto Guadagni, quienes participaron ayer de las rondas de debate en la Cámara alta. Ambos especialistas denostaron el instrumento de las retenciones a pesar de haberlas defendido en 2002, cuando se estaba saliendo de la convertibilidad. Cuando terminó el entrecruce de palabras, Pichetto se retiró del recinto.
Guadagni fue funcionario del ministro de Economía Remes Lenicov, durante el gobierno de Duhalde. Y en las últimas elecciones presidenciales fue candidato a gobernador para la provincia de Buenos Aires de Alberto Rodríguez Saá. González Fraga fue presidente del Banco Central en la década de 1990 y uno de los mentores de Martín Lousteau, ex ministro de Economía. En sus exposiciones de ayer jugaron a favor de los argumentos de las entidades agropecuarias y la oposición.
“Las retenciones se justificaban en 2002, pero creo que las condiciones económicas cambiaron como para seguir utilizándolas. En los últimos seis años, Argentina creció un 60 por ciento. En el contexto de la devaluación era una política necesaria. Pero ahora estamos viviendo la realidad política de fines de 2005 y principio de 2006, donde hay una distorsión de la economía diciendo quiénes pueden ganar y quiénes no”, se despachó González Fraga. Pichetto, en su primera aparición en el plenario, miraba de reojo.
El economista planteó la necesidad de dejar de subsidiar la producción y subvencionar a los consumidores. “En los últimos cinco meses, las transferencias fiscales del sector privado al Estado fueron un 70 por ciento superiores al mismo período del año pasado (40.000 millones de pesos). Tal como se hace ahora, son los ricos los únicos que se benefician. Habría que utilizar las tarjetas para alimentos, como forma de subsidiar la demanda”, señaló González Fraga, quien aprovechó para reconocer el trabajo de las llamadas “manzaneras”, es decir, a Hilda “Chiche” de Duhalde. Por su parte, Guadagni hizo su aporte haciendo hincapié en la Ley Federal de Coparticipación de Impuestos. “En 1988 lo que se coparticipaba era el 56 por ciento de los impuestos. En 2007 se transfirió a las provincias sólo el 25 por ciento. Hoy la coparticipación funciona como una caja discrecional sujeta a la negociación entre las partes. Cada vez que voten una retención, les quitan recursos a las provincias. Y es más, las retenciones al interior del Mercosur son totalmente ilegales”, argumentó Guadagni, que en 2002, como secretario de Energía, apoyó las retenciones a los hidrocarburos. Pero aclaró que ese apoyo fue sólo por una cuestión de emergencia. Pichetto esperaba y anotaba en su cuaderno.
“Lula sabe cuál es la oportunidad histórica. Expande la producción, su frontera agrícola y nunca habló de retenciones, Lula, que viene del movimiento obrero, es el Lorenzo Miguel de Brasil”, exageró Guadagni, quien aclaró que la extensión de la frontera sojera en Brasil no es a costa de la tala del Amazonas. Quedó en el aire si su comentario se refería al actual senador Juan Carlos Romero, ex gobernador de Salta, en cuya provincia se autorizó la tala de 807.509 hectáreas de bosques en 2007. Romero no participó del plenario. Pichetto tomó la palabra.
“La verdad que estoy sorprendido. ¿Cómo cree usted que se logra mantener el tipo de cambio para los exportadores y cómo se hace para redistribuir la riqueza?”, inquirió el jefe de la bancada K en senadores.
“Es cierto que con las retenciones los alimentos son baratos para todos. Pero la clase alta, que aporta el 20 por ciento de los impuestos, consume el 40 por ciento de los alimentos. La clase media aporta el 40 por ciento de los impuestos y también consume el 40 por ciento. Mientras que las clases bajas aportan el 40 por ciento, sólo consumen el 20. De todas maneras, yo no voy a ser tan estúpido de venir acá para hablar de la liberalización de las retenciones”, le respondió Guadagni.
“La pobreza se ve en las calles. Yo estuve de acuerdo con las retenciones del 20 por ciento, cuando había una situación de emergencia. Hoy la pobreza es del 30 por ciento. Estamos viviendo una política patoteril”, retrucó González Fraga.
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