- Negación. La Convención radical comenzó con un video que recorrió la historia del partido desde sus inicios. Las figuras de Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen, Arturo Frondizi, Arturo Illia, Ricardo Balbín y Raúl Alfonsín fueron aplaudidas fervorosamente en cada aparición. El primer presidente de la restauración democrática fue una alusión obligada de los oradores que quisieran sentir el calor del público. A Fernando de la Rúa, en cambio, nadie lo recordó y ni siquiera apareció en el compilado de imágenes de la apertura.

- Clásico. Los radicales lo tienen casi como un grito de guerra y en esta Convención tampoco podía faltar. “Volveremos volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser gobierno, como en el ’83”, corearon ayer en varias ocasiones.

- Cantitos. Antes de la designación de Hipólito Solari Yrigoyen como presidente de la Convención, militantes de Juventud Radical coparon durante 20 minutos el escenario. “Juventud Radical, en la lucha popular”, “Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura de los K”, fueron los cantitos que más fuerza tuvieron. La sorpresa, sin embargo, fue cuando algunos se atrevieron a cantar en contra del vicepresidente Julio Cobos. “No vas a volver, no vas a volver”, repetían.

- Pasatiempo. Para amenizar la larga espera que se produjo en el último cuarto intermedio de la noche, el teatro Milac Navira se convirtió en escenario de un espectáculo humorístico. Un stand up improvisado provocó las risas de los correligionarios que preferían quedarse dentro del salón en vez de salir a discutir las propuestas de reforma de la Carta Orgánica.

- Escrache. Marcelino Gatica, intendente radical de Jesús María reelecto en 2007, pasó ayer un mal momento cuando estaba tomando un café en la estación de servicio lindera al teatro. Un grupo de 40 jóvenes le hizo una suerte de escrache por su alianza con el ex candidato a gobernador Luis Juez. Gatica pertenecía al espacio que en Córdoba se denominan “radicales J”. El tema no pasó a mayores gracias a la intervención de la policía y luego de 15 minutos de cantarle el mismo “no vas a volver” que al vicepresidente Cobos se cansaron y se fueron.