El gobierno porteño informó ayer la (sub)ejecución presupuestaria del tercer trimestre: en salud, de los cerca de 140 millones destinados a construcciones y refacciones en los hospitales, la gestión PRO ejecutó 34 millones, lo que representa un 12,41 por ciento del total. En insumos y alimentos, la subejecución es del 46 por ciento, después de nueve meses de gobierno. En educación el gasto llegó a un escaso 20 por ciento para construcciones y refacciones de escuelas, aunque el macrismo consiguió aprobar a comienzos de año una ley de emergencia edilicia para realizar licitaciones con menos controles. En el área educativa, el gobierno porteño gastó el 8 por ciento de lo que disponía para maquinarias y equipos. En el caso de los hospitales, en ese último rubro sólo ejecutó el 4 por ciento. “En un contexto en el que se rediscutieron precios con proveedores, Macri no dice nada sobre el cumplimiento de metas físicas”, estimó el legislador de la CTA, Martín Hourest.