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–¿Playa o sierras?

–En una casa con adolescentes, tengo un varón de 13 y una nena de 14, el lugar de vacaciones lo deciden ellos y eligieron Villa Gesell. Acá se juntan muchos jóvenes, aunque también vienen muchos rosarinos y muchos militantes del PS.

–¿Cómo hace con su familia en verano? ¿Se dedica a la política?

–No hago ninguna actividad política, tengo apenas 15 días y me quedo con mi familia. Esta vez coincidimos en Gesell con Giustiniani y Binner y creo que ya prepararon algo. De ésa no zafo.

–¿Desconecta los celulares?

–No, los atiendo de buena onda. Si surge alguna dificultad trataremos de resolverla, pero espero que no las haya.

–¿Qué está leyendo?

–Me gustan los clásicos. Ahora empecé Doctor Fausto, de Thomas Mann, y terminé El 93, de Victor Hugo. A los personajes de las novelas les pongo nombres de políticos actuales, siempre hay parecidos. La condición humana no cambia.

–¿Va al cine? ¿Qué fue lo último que vio?

–Me gusta mucho, pero voy poco. Las últimas dos que vi, La elegida y Mal de amores, no me gustaron. Son pasatistas.

–¿Prepara asados?

–Sí, y me gusta. Generalmente, los hace Daniel (su esposo), pero cuando se va a pescar o llega tarde, y estamos en la casita de fin de semana en Oliveros, en las afuera de Rosario, hago el asado.

–¿Algún secreto?

–Los secretos no se dicen, pero yo le pongo un chorrito de aceite de cocina a la leña y prende bárbaro.

–¿Practica algún deporte durante el verano?

–Fui atleta hasta que en el ’82 me afilié al socialismo. Durante casi un año mantuve el record argentino de los 800 metros libres. Pero ahora no hago nada, camino o leo.