El fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, presentará mañana, ante la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de ese departamento judicial, un pedido para que se revea la decisión del Tribunal Oral 1 de permitir que el cura Julio César Grassi, a pesar de haber sido condenado a 15 años de prisión, pueda seguir en libertad, hasta que quede firme esa condena, y visitar, con alguien que lo acompañe, la sede de la Fundación Felices los Niños. Por su parte, en escritos que serán planteados por separado, a pesar de perseguir el mismo objetivo, también pedirán la inmediata detención de Grassi los abogados querellantes Sergio Piris, quien representa en el proceso al joven conocido como “Gabriel”, y Juan Pablo Gallego, quien defiende a los tres chicos en nombre del Comité de Seguimiento de la Convención por los Derechos del Niño.

El fiscal del juicio, Alejandro Varela, declaró a este diario que el cura, condenado como pedófilo “puede volver a cometer el delito porque si bien se mostró durante el proceso como un cordero, es en realidad un lobo”. Varela recordó que la detención efectiva de Grassi la vienen pidiendo desde octubre de 2002 y que en todo este tiempo el hoy condenado “nunca cumplió con las obligaciones que le impusieron para su libertad (restringida) y se escapó en dos oportunidades”. Por esas razones, el fiscal general Nieva Woodgate reclamará mañana la detención de Grassi.

En el mismo sentido se pronunciarán los querellantes Sergio Piris y Juan Pablo Gallego. El abogado adelantó que quieren a Grassi detenido “porque los jueces le ampliaron sus facultades, ya que ahora puede incluso visitar la sede de la Fundación. ¿A quién va a designar como acompañante para que controle sus actos? ¿A su amigo Raúl Portal? ¿Qué garantías les estamos ofreciendo a los chicos que están en la institución? La gravedad de la situación me exime de mayores comentarios”.