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Sirenas. Junto con el sol que después de tres días quedó oculto bajo unas nubes que presagian tormenta, ayer desapareció cualquier vestigio de tranquilidad de las calles de Nueva York. La ciudad entró en clima para la Asamblea General de las Naciones Unidas que comenzará hoy a la mañana con el discurso del secretario general, Ban Ki-moon, a quien seguirán Lula y Barack Obama. Los helicópteros sobrevuelan la ciudad, el tránsito es cortado en cualquier momento y es permanente el ulular de las sirenas que trasladan a los jefes de Estado de un lado al otro. El tránsito neoyorquino, ya de por sí complicado, se vuelve de locos.

Parafernalia. Y si de seguridad se trata, es notable el revuelo que genera Barack Obama a cada movimiento. Ayer le tocó hablar en el Hotel Sheraton, en la apertura de la Iniciativa Clinton. Hubo decenas de patrulleros policiales, helicópteros, vallas impidiendo el paso a quien no estuviera acreditado, se cortó el tránsito en los alrededores y hasta se cortó la señal de los celulares. Una cabina policial móvil con cámaras de seguridad seguía los movimientos desde lo alto y hasta camiones con arena –funcionan como si fuera una barricada móvil– se apostaron en las esquinas por donde ingresaría el presidente por si se volvía necesario cerrar el paso de urgencia. Así y todo, locales y turistas esperaron cámara en mano durante horas ver aunque fuera de lejos a Obama, pero eso, se sabe, es imposible.

Diputados. Los legisladores que integran la comitiva reaparecieron ayer para participar del encuentro con empresarios. A la salida, el jefe del bloque de diputados del oficialismo, Agustín Rossi, criticó la pretensión opositora de enviar el proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual a más comisiones. “Hay un intento que tiene que ver con la política más que con el reglamento”, sostuvo. Lejos del Congreso, los diputados no pudieron sustraerse de las novedades que llegaban de Buenos Aires a propósito del derrotero del proyecto en el Senado. “Yo cumplí, ahora la toca a Pichetto”, bromeaba Rossi. Esperaban que no hubiera cambios, aunque decían que si las empresas de medios aceptaban un acuerdo no tenían problemas en revisar el plazo que pone la ley para desprenderse de empresas del mismo grupo. Aunque así como están las cosas esa salida parece imposible.

Honduras. A la distancia, Cristina Kirchner no les perdió pisada a los preocupantes hechos que sucedieron ayer en Honduras. Se enteró de que la sede de la embajada argentina en Tegucigalpa se quedó sin luz, pero le aseguraron que era porque desde el edificio de al lado transmitía un canal que el gobierno de facto estaba interesado en silenciar. En la comitiva argentina se quejaban por lo que consideraban era “una actitud pasiva” de Estados Unidos ante la situación en la que se encontraba Manuel Zelaya.