Un juez se escapó por una ventana. El mismo camino tomó su secretaria. El otro juez directamente negó toda colaboración. Estos episodios convirtieron en un verdadero escándalo el viaje a Misiones de funcionarios del juzgado federal de Norberto Oyarbide, quienes tenían la misión de conseguir copias de las causas falsas en las que se involucró a Sergio Burstein, familiar de una víctima del atentado contra la AMIA, y Carlos Avila, empresario de fútbol y televisión. El juez José Luis Rey y su secretaria les pidieron a los enviados de Oyarbide que esperaran en la antesala de su juzgado y, después, que volvieran al otro día. Los tuvieron así dos días, hasta que en el atardecer de ayer el magistrado y su secretaria desaparecieron. Como no salieron por la puerta, la conclusión fue que se escaparon por la ventana. En la mesa de entradas, dejaron un escrito señalando que no entregarían copia del expediente que pedía Oyarbide. En el otro juzgado, el del juez Horacio Gallardo, debían estar las transcripciones de las escuchas telefónicas realizadas a Burstein y Avila. Gallardo también se negó a entregar copia. La duda que queda flotando es si las cintas con las grabaciones llegaron alguna vez a Misiones.