“¿No había terminado lo de Kraft?”, preguntó una señora que pasaba por 9 de Julio y Viamonte. “Quedan 53 despedidos”, le respondió uno de los trabajadores de Kraft. Ellos junto a comisiones internas de otras empresas en conflicto, organismos de derechos humanos, partidos de izquierda y estudiantes de la UBA escracharon a la Cámara de Comercio de los Estados Unidos porque justificó lo actuado por Kraft al condenar supuestos “actos ilícitos como herramienta de presión”. Familiares y víctimas de la dictadura, Elia Espen, Adriana Calvo y Victoria Moyano, entre otros, habían convocado al acto de repudio.