EL PAíS › DIVERSAS TEORIAS: ¿EMPRESAS ENDEUDADAS O VACIADAS?
El oscuro descarrilamiento económico
Por Horacio Cecchi
Las empresas se quejan por las pérdidas. El presidente Eduardo Duhalde, atendiendo esas quejas, ya firmó el decreto de emergencia ferroviaria otorgando subsidios a las empresas. Hay quien sostiene que el sistema ferroviario descarriló pero el negocio marcha sobre rieles. Eduardo Mondino, defensor del Pueblo de la Nación, elevó un informe al Ministerio de Economía recomendando que “se abstenga de asignar el subsidio”, porque se transformaría en “un premio a la ineficiencia” y porque “no existen garantías de que el subsidio se utilice para lo que fue creado”, o sea, mejorar el servicio.
En principio, Mondino cuestionó el origen de los fondos de la emergencia ferroviaria. Según el decreto, esos fondos serán tomados de los recursos provenientes de la tasa sobre el gasoil. El defensor del Pueblo inició una causa judicial contra la tasa sobre el gasoil, pero también cuestiona el decreto de emergencia ferroviaria. La defensoría realizó un estudio sobre las condiciones del servicio, documentando la cantidad de falencias existentes. Sin embargo, sostiene que el negocio ferroviario da dividendos, pero que por una curiosa maniobra terminan dando pérdidas.
“Los márgenes brutos de explotación dan dividendos altísimos, que no bajan del 25 por ciento”, reveló un asesor de Mondino. “Pero las empresas aparecen con niveles de endeudamiento altísimos. El Roca supera siete veces su capacidad”. En la defensoría se preguntan los motivos de tal endeudamiento. “Si es el Estado el que está obligado a hacer las obras, y no las hizo, ¿por qué las empresas se metieron en deudas para hacer obras que son responsabilidad del Estado?”. La teoría que elaboran es una: “Los verdaderos dueños de los trenes serían empresas como Siemens, Ormas, Roggio. Los que aparecen públicamente como dueños de los ferrocarriles son testaferros. Esos testaferros se obligan a contratar a esas empresas para realizar obras. O sea que la plata que entra a los ferrocarriles se desvía para el bolsillo de Siemens, Ormas, Roggio y el resto. Por su parte, los ferrocarriles quedan quebrados”.
Y ante semejante perspectiva, el Estado sale a subsidiarlos. “En realidad –aseguró el asesor–, vacían los ferrocarriles y subsidian a sus verdaderos dueños”.