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“¿No va a viajar más?”, se preguntó con sorna el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, que cuestionó la decisión de Cristina Fernández de Kirchner de no viajar a China. Por el contrario, Elisa Carrió consideró que “está muy bien que se quede”, ya que “generó un desastre en 15 días”. “Hace un año y medio, les dije que ponía en riesgo la institucionalidad este conflicto entre la Presidenta y Cobos, y no me escucharon”, se quejó la líder de la Coalición Cívica-ARI. En tanto, diversos dirigentes de la UCR le reclamaron a la Presidenta que “deje de atacar al vicepresidente”.

En plan de atacar a la vez al Gobierno y a su posible adversario en 2011, Macri cuestionó que no viaje “por temor a dejarle el sillón al vicepresidente que ella misma eligió y que ahora le trae más problemas que soluciones. Es consecuencia de una crisis institucional generada por el Gobierno”. “Lamentablemente, la decisión anunciada esta tarde por la Presidenta vuelve a lesionar la institucionalidad y deteriora nuestra credibilidad como país”, lanzó el líder de PRO, que consideró que “la Argentina debería trabajar con perseverancia, con sentido estratégico y con inteligencia para entrar en este mercado (chino) y ganar la confianza de un país con semejante poder de inversión”. El jefe de Gobierno reclamó al Gobierno “salir del aislamiento y crear condiciones que nos permitan atraer capitales, porque cuanto más inversiones tengamos habrá más trabajo para todos los argentinos y más recursos para combatir la pobreza y la exclusión social”.

“Más importante que el viaje son las reservas, desactivar el conflicto y ordenar el país”, ninguneó Carrió, y dijo que “somos el país de la vergüenza”. La dirigente cuestionó al Gobierno, pero también marcó diferencias con Julio Cobos: “No estoy de acuerdo en que renuncie, pero lo que no se puede ser, a dos años de las elecciones, es vicepresidente y candidato”. “Si vos declarás tu candidatura a presidente de la Nación y a la semana confrontás con la Presidenta, ahí hay un choque imposible”, interpretó. De todas formas, consideró que es “un problema del radicalismo” y recordó que se fue de la UCR “cuando votó los plenos poderes a Cavallo”. “Nosotros somos otra oposición”, aclaró.

Ajenos a las críticas de Carrió, los radicales se concentraron en contestarle a la Presidenta. “Debe dejar de atacar al vicepresidente, que ninguna culpa tiene en este conflicto y a quien utiliza como excusa para ocultar un hecho muchísimo más grave y que sí atañe a todos los argentinos: el rojo de las cuentas públicas”, cuestionó el titular del Comité Nacional de la UCR, Ernesto Sanz, y acusó a la Presidenta de construir “todos los días un escenario de agravios, improperios y acusaciones que generan escepticismo y crispación. Sobre todo, cuando se compara a la Argentina con otras realidades vecinas”. En tanto, el senador Gerardo Morales estimó que “actúa igual que con la crisis del campo: no acepta las propuestas de la oposición, sigue cerrada, autorreferente y autojustificándose”.