El Ministerio de Defensa salió al cruce de las versiones que vinculaban a esa cartera con un supuesto pago de coimas realizado por el astillero alemán Ferrostaal. La revista alemana Der Spiegel involucró a funcionarios de Portugal, Colombia y Argentina, entre otros países, en supuestos sobornos pagados para la obtención de contratos para la construcción de embarcaciones destinadas al servicio de guardacostas. Desde el ministerio comandado por Nilda Garré aseguraron que “nunca” tuvieron negocios con Ferrostaal y que la actividad de guardacostas es ajena a la cartera de Defensa. En ese sentido, aclararon que basados en convenios de cooperación alcanzados con Chile, “la ingeniería básica para construir cuatro Patrulleros Oceánicos Multipropósito (POM) fue adquirida a la empresa chilena Asmar, que a su vez la había comprado a Fassmer”, esta última compañía también involucrada en la denuncia. En el 2007, Defensa autorizó a la Armada Argentina a contratar por 2.730.000 euros a Asmar para la construcción de buques veloces de patrullaje y vigilancia oceánica.