Miércoles, 14 de julio de 2010 | Hoy
EL PAíS › OPINIóN
Por Hernán Madera *
Ricardo Alfonsín, Néstor Kirchner, Pino Solanas, Mauricio Macri, Mario Das Neves, Hermes Binner, Felipe Solá o Cristina Fernández. Alguno de ellos puede ser el próximo presidente de la Nación. Por lo tanto, encabezarían las listas de sus respectivos partidos o frentes y todo el resto (diputados, senadores, intendentes, gobernadores) irá detrás. Los ocho presidenciables votaron la ley de matrimonio para todas y todos, o la apoyan con mayor o menor énfasis.
Con inteligencia, esos presidenciables decidieron no enemistarse para siempre con millones de argentinas y argentinos de carne y hueso que necesitan los derechos para sus familias. El fantasma del Episcopado –abrumado por su propia interna– o de una imaginaria derecha evangélica tiene más gravitación en la cabeza de los políticos del chiquitaje que en los votantes de a pie.
A diferencia de lo que sucede en España o Estados Unidos, donde los movimientos LGBT son parte del Partido Socialista o del Demócrata, en Argentina en cada partido se formaron importantes grupos de militantes por la diversidad que trabajan estrechamente con otras líneas internas y con la generación de nuevos cuadros políticos. Este proceso hace mucho que está en marcha y se aceleró con la Ley de la Igualdad.
Nuestro involucramiento en los partidos y en los movimientos sociales a lo largo de todas las provincias es definitivo. Para crear conciencia en nuestra comunidad y entre nuestras familias, amigos y aliados –organizaciones gremiales, sociales y de derechos humanos, entre otras– de que la clave es participar, militar y hacer uso del voto siempre. Ser parte en las primarias –abiertas o cerradas–, definiciones y armados, apoyando a quienes defienden nuestros derechos y militando incansablemente contra los que nos segregan. Si hay elecciones desdobladas –Córdoba o Santa Fe, por ejemplo– mejor aún, porque nuestras compañeras y compañeros de cada provincia pueden contar con la ayuda de otros distritos durante la campaña.
El martes de la semana pasada cientos de miles de mujeres y hombres en el interior vieron cómo nueve senadores jugaron con sus derechos y dibujaron un lindo mamarrachito segregacionista. Por eso, hoy se define la relación de cada senador y cada senadora con nuestra comunidad, nuestros amigos, nuestros familiares y nuestros aliados. Día a día vemos con más claridad qué dirigentes están con nosotros y cuáles nos denigran.
Los votantes reaccionarios siempre fueron cruzados por muchos temas en el cuarto oscuro, los enoja que el mundo no gire para el lado que ellos quieren como para votar en bloque por una sola causa o crear un candidato de la nada. La dictadura es su gobierno natural y la antipolítica su hobby en democracia. Rápidamente se olvidarán de esta votación e intentarán destruir otros ámbitos del Estado de derecho y de la vida pública y privada de los argentinos.
Nosotros aprendimos a tener memoria.
* Federación Argentina LGBT.
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