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“La Argentina ratificó el protocolo sobre ‘Protección de los niños en conflictos armados’, protocolo que se opone, en principio, a cualquier actividad que se desarrolle dentro de los cuarteles”, señaló Marisa Graham, directora nacional de Promoción y Protección Integral de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, del Ministerio de Desarrollo Social. Consultada por Página/12 sobre la creación del programa de Servicio Cívico Voluntario, Graham consideró que la iniciativa que obtuvo media sanción en Senadores anoche –promovida por la oposición y aprobada por un estrecho margen de 33 votos, contra 31, con dos abstenciones y cinco ausencias– “pareciera estar más vinculada a la supuesta peligrosidad de los chicos” y “a los temas sobre seguridad, que de contención social”.

“¿Por qué pensar en políticas públicas que se desarrollen dentro de los cuarteles y no utilizar aquellos espacios naturales donde los chicos suelen moverse habitualmente como la escuela, el barrio, los clubes y las asociaciones barriales comunitarias”, se preguntó la especialista, quien aseguró que con la capacitación en la utilización de armas en los liceos militares, “se está promoviendo lo contrario” de lo que propone el protocolo de protección de los niños”; protocolo que, explicó Graham, se vincula con la Convención sobre los Derechos del Niño, que en uno de sus artículos plantea que los niños no podrán manipular armas hasta los 15 años.

La directora nacional de Promoción y Protección Integral reconoció que, por más que la decisión de participar de la convocatoria al servicio cívico militar “sea voluntaria, no estamos de acuerdo en hablar de menores en riesgo”. Desde la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia “lanzamos un programa nacional para adolescentes en 2009 (para chicos y chicas de 14 a 18 años), que se llamó ‘Nuestro lugar abierto’”. La convocatoria estuvo abierta a todas las chicas y los chicos que quisieran presentarse con el objetivo de que ellos mismos armaran grupos de no menos de diez ni más de veinte integrantes, con un referente adulto.

En esos encuentros se planteó la realización de proyectos colectivos vinculados con imagen y sonido, educación social, deporte y tiempo libre y preservación del medio ambiente. En septiembre de 2009 se presentaron 1790 proyectos, donde participaron alrededor de 25 mil chicos. En junio de este año, con el segundo llamado, se presentaron 1900 proyectos que contaron con la participación de 40 mil chicos, donde se presentaron proyectos de radio comunitario, cine e iniciativas para trabajar con comunidades originarias. “Nos parece que esta política es muchísimo más adecuada porque no existe discriminación entre los chicos para ver quiénes están en peor o mejor situación”, destacó Graham.