El martes 11, el diario Clarín tituló una nota: “La ex fiscal del caso Ferreyra dejó su cargo en Seguridad”. En el texto sostuvo que la Secretaria de Cooperación con los Poderes Judiciales, Ministerios Públicos y Legislaturas Cristina Caamaño era “una protegida de la ministra saliente, Nilda Garré, y del CELS, que preside el periodista K Horacio Verbitsky, quien en una columna publicada el domingo en Página/12 había afirmado (erróneamente) que la Presidenta rechazaría la dimisión de Caamaño”. La verdad es que Caamaño cumplió la formalidad de presentar la renuncia pero la presidente ordenó rechazarla. El viernes se publicó en el Boletín Oficial el decreto 749, por el que CFK, el jefe de gabinete Juan Manuel Abal Medina y el ministro de Seguridad Arturo Puricelli disponen la designación de Caamaño “a partir del 3 de junio”, es decir una semana antes de la afirmación que Clarín se apresuró a considerar errónea. Por otra parte, la única relación entre Caamaño y el CELS es la coincidencia en la causa por el asesinato de Ferreyra, donde la funcionaria condujo la investigación del ministerio público y el organismo representó a la familia de la víctima. Mucha sopa debería correr bajo los puentes para que Clarín pudiera rectificar una información de Página/12.