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El día después de la difusión de los datos de desempleo y pobreza, el Gobierno acomodó un poco su discurso para reflejar su optimismo, pero sin el entusiasmo que exhibió Roberto Lavagna al dar a conocer sus propios resultados. La euforia es disonante no sólo porque la realidad que expresan las estadísticas es alarmante sino por lo que dijo la propia directora de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, Clide Trabucchi: “Para saber si hay una tendencia hacia la baja de la desocupación se requieren dos mediciones más”. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, reconoció por su parte que los planes sociales cumplen una función de “contención” de los sectores más carenciados, pero “hoy no alcanzan para poner (a los beneficiarios) por encima de la línea de pobreza”.
El jefe de la cartera laboral entregó otras dos definiciones. La primera es que el Gobierno descarta un aumento salarial para los empleados públicos en el corto plazo. La segunda es que el ministerio a su cargo lanzará en pocos días “una muy fuerte campaña” en contra del trabajo en negro. La creación de puestos de trabajo entre octubre de 2002 y mayo pasado tuvo la particularidad de que la mayoría fueron empleos de baja calidad e informales.
El empleo en negro no es sólo una realidad en el sector privado. Tomada admitió que es una práctica recurrente también en el Estado. “Vamos a comenzar una progresiva incorporación de todos (los que estén bajo) figuras encubiertas” en el sector público. El ministro admitió que actualmente hay 18 mil contratados en las distintas áreas de la administración. “El Estado tiene que reconocer la relación de empleo y hacer todos los aportes y contribuciones como con el resto de los trabajadores públicos”.
El Ministerio de Trabajo, en tanto, entregó ayer nuevos datos sobre la situación del mercado de trabajo. La encuesta de indicadores laborales de junio detectó un aumento del empleo formal privado en el Gran Buenos Aires (0,2 por ciento respecto de mayo), en Gran Rosario (0,4) y en Gran Mendoza (0,5). En cambio, en Gran Córdoba el empleo presentó una variación negativa de 0,4 por ciento. Entre junio de este año e igual mes de 2002, las horas trabajadas aumentaron en todos los casos.
Trabucchi, una de las especialistas del Indec en desempleo y pobreza, señaló igualmente que para saber si hay una tendencia de la desocupación hacia la baja “se requieren dos mediciones más”. La funcionaria precisó que “si se consideran a todos los que reciben planes sociales como desocupados el índice de desempleo sería de 21,4 en lugar de 15,6 por ciento”. Asimismo, puso de relieve que “esta cifra es menor que la de 23,6 por ciento registrada en octubre pasado”, por lo cual subrayó que “se observa que hay una reducción de la tasa de desempleo independientemente de los planes sociales”.
En cuanto a los datos de pobreza, Tomada sostuvo que la puesta en marcha del P
lan Jefas y Jefes “no fue únicamente pensando en términos de reducir o eliminar los niveles de pobreza. Ojalá esto pudiera hacerse”. “No es cuestión de magia ni voluntarismo”, agregó, para concluir que “acá se pensó en un plan de contención para dar respuesta a las mil necesidades, pero hoy no alcanza para ponerlos sobre la línea de pobreza”.