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El tema de la seguridad y la corrupción policial, luego del tirón de orejas del presidente Néstor Kirchner a las autoridades de la provincia de Buenos Aires, siguió ayer en el tapete. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, propuso avanzar en la “municipalización” de las fuerzas de seguridad, porque si se logra arraigar a las policías a cada localidad del país “el control social (sobre las comisarías), sería mucho más alto porque el jefe policial difícilmente haría ‘picardías’ sabiendo que tiene que quedarse” para siempre en ese lugar. Para el ministro de Seguridad, Gustavo Beliz, el problema obedece a que “los cuerpos policiales se han corrompido debido a que han tenido políticos ladrones que han pactado con ellos y no han sido capaces de una depuración a fondo”. En la discusión terció el ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien por un lado dijo que es necesario “meter el cuchillo a fondo para extirpar” la corrupción y por el otro aclaró que el presidente Kirchner, en su arenga del viernes desde Puerto Madryn, no le apuntó directamente al gobernador Solá.
“Si se lo tiene que decir a Solá se lo dice por teléfono, lo que está haciendo (Kirchner) es plantear un tema real al que todos tenemos que asistir y al que seguramente no está ajeno Felipe Solá”, aseguró el ministro del Interior. Para Aníbal Fernández las expresiones críticas del Presidente deben ser tomadas dentro de una visión que “es global” y que no está referida únicamente al territorio bonaerense. De acuerdo con su visión, lo que hizo el mandatario fue decirle al país que el Gobierno “va a seguir metiéndole a fondo hasta encontrar la colaboración de la mayoría de los honestos para dar por tierra con esta situación”, aludiendo a la corrupción en las fuerzas de seguridad.
El ministro de Seguridad, Gustavo Beliz, reiteró que “en la mayoría de los secuestros extorsivos hay involucrados policías bonaerenses” y luego reflotó una vieja controversia abierta tiempo atrás por el ex viceministro de Seguridad bonaerense Marcelo Saín, cuando dijo públicamente que la policía recauda para la política. “Si la policía le tiene que mandar una valija de recaudación al político de turno, es un mecanismo perverso de impunidad y de ilegalidad”, sostuvo Beliz sin especificar si se refería a algún hecho concreto y actual. Dijo que la solución es tener “políticos honestos que tengan autoridad moral para conducir mejor a la policía”.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, propuso avanzar en lo que denominó la “municipalización” de las policías. “Si arraigáramos más a los efectivos policiales en regiones, el control social (sobre ellos), sería mucho más alto porque el jefe policial difícilmente haría picardías sabiendo que tiene que quedarse”, estimó el funcionario. Alberto Fernández dijo que es necesario avanzar en la “depuración” que impulsó Kirchner “para que la institución policial se clarifique y se dedique esencialmente a lo que tiene que dedicarse, que es la persecución del delito”.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, al hacer declaraciones a otros medios de prensa, estimó que a pesar de los problemas “se ha ido morigerando el delito, trabajando fuertemente y con inteligencia, porque no me imagino que sea a los tiros por las calles, como si fuese el lejano oeste”, en una crítica al modelo de “mano dura” instaurado en la provincia por el ex gobernador Carlos Ruckauf, con Felipe Solá como vicegobernador.
“Hay que trabajar fuertemente con policías investigadores y científicos en prevención y atajar el delito en la etapa de preparación del crimen”, insistió el ministro del Interior. El último en hablar, para asumir su defensa en medio de la avalancha de críticas, fue el gobernador Felipe Solá, quien defendió a la Bonaerense y resaltó la importancia de los operativos para identificar y detener a la banda que secuestró al padre del futbolista Cristian Traverso (ver página 22). “Yo creo que no hay que ser injusto con la policía bonaerense”, replicó el mandatario bonaerense. “Creo que es mucho mayor la población de la provincia que la de la Capital y también hay más villas. Y en relación a todos esos problemas hay mucho menor cantidad de efectivos” en la Bonaerense que en la Federal. A pesar del tironeo entre Nación y provincia, de los dos lados reconocieron que el cacerolazo del viernes contra la inseguridad respondió a la “bronca genuina y razonable” de la ciudadanía.