Fue un día histórico para los actores y actrices argentinos. Bastaba ver la emoción que ayer embargaba a algunos de ellos en el Salón de las Mujeres del Bicentenario de la Casa Rosada para corroborarlo. Sobraron los abrazos. Se reconocían las sonrisas. No faltaron las lágrimas. La tan ansiada “ley del actor”, ésa por la que durante décadas el gremio actoral viene luchando para que sus afiliados tengan los mismos derechos que cualquier otro trabajador, finalmente llegará al Congreso en forma de proyecto. “Es la ley que reconoce de una vez por todas a los trabajadores del arte, a los actores y actrices argentinos como trabajadores plenos de derecho en relación de dependencia”, señaló la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, al momento de realizar el anuncio. El proyecto de ley enviado por el Ejecutivo al Parlamento contempla la creación de un régimen provisional y laboral específico para los intérpretes, adecuado a las particularidades de la actividad actoral.

“Hay pocas profesiones con un régimen laboral con las características de los actores. No porque fueran especiales sino porque tienen un trabajo distinto. No se puede tratar igual a los desiguales. Si uno trata igual a los desiguales está siendo injusto”, explicó la Presidenta, al explicar los motivos por los cuales envió al Congreso el proyecto de “ley de régimen laboral y provisional y laboral del actor/intérprete”. Iniciativa de la Asociación Argentina de Actores (AAA), el proyecto contempla implementar un marco normativo a partir del cual los actores son igualados en derechos al resto de los trabajadores, saldando una deuda histórica con este sector relevante de la cultura. Por eso resultó lógica la visible alegría de Alejandra Darín y de Luis Alí, presidenta y secretario general de la AAA, respectivamente. Pero también de Jorge Marrale y Osvaldo Santoro, de Nora Cárpena y Andrea Del Boca, de Gerardo Chendo y Carolina Peleritti, de Pepe Novoa y Patricio Contreras, de Susú Pecoraro y Jean-Pierre Noher, entre otras figuras de ayer y hoy del teatro, el cine y la televisión argentinas que participaron del anuncio. Todas figuras pero, sobre todo y más que nunca ayer, trabajadores.

La principal modificación que plantea el proyecto es que considera a los actores e intérpretes como trabajadores en relación de dependencia. Actualmente, la vinculación con el empleador era de carácter eventual o a un plazo determinado de tiempo. Teniendo en cuenta la particularidad de la modalidad discontinua y heterogénea del trabajo actoral, el proyecto propone considerar que se computen 120 jornadas efectivas de trabajo –continuas o discontinuas– como un año de servicios con aportes para los trabajadores del rubro. A su vez, de computarse un período menor, el trabajo será bonificado de acuerdo al monto de aportes efectuados a lo largo del año, dividido por cada mes, en cuyo caso el aporte mensual del aporte se corresponderá al que se le haya atribuido al salario mínimo vital y móvil. El resultado que surja de esa cuenta indicará el período de servicios prestados con aportes que se le computarán al actor. En caso de aprobarse el proyecto, el sistema integrado previsional argentino incorporará a las personas que se dedican a la actividad actoral y pasará a recibir los aportes previsionales patronales.

Durante el anuncio, la presidenta recordó la vez que fue invitada a la Casa del Teatro, “ese lugar donde los actores van cuando no tiene en donde vivir”, cuya visita motivó la reforma total del edificio. “Después –repasó la mandataria– trabajamos sobre los derechos de propiedad intelectual de los actores, porque antes les pagaban sus trabajos sólo la primera vez que lo pasaban. No les reconocían los royalties generados. Creemos que era necesario darle una cobertura legal a este universo tan particular.”

El proyecto de ley del régimen laboral y previsional del actor/intérprete” cumplimenta otras políticas impulsadas por el kirchnerismo. En caso de aprobarse, este proyecto les garantizaría a los trabajadores del sector la posibilidad de contar con una jubilación, vacaciones pagas, aguinaldo y acceder a todo tipo de asignaciones.

“Es un momento de profunda emoción para todos los actores porque muchos de nuestros compañeros que ya no están, como Carlos Carella, Onofre Lovero o Dullio Marzio, trabajaron intensamente durante muchos años para poder ver esta realidad”, le contó Darín a Página/12. “Es complejo que la gente entienda nuestra realidad, porque la mayoría cree que todos los actores son esos no más de cien colegas que tienen trabajo permanente. Pero esa es la realidad de apenas un puñado de actores. Ojalá los diputados y senadores, pero también los empresarios, entiendan que además del reconocimiento artístico necesitamos el reconocimiento laboral y previsional como el que cuenta cualquier trabajador”, expresó la presidenta de la AAA.