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Como es obvio a esta altura, estas designaciones tienen buena cantidad de problemas. La insinuación de una ruptura en la política del control civil. La ausencia de política de controles de antecedentes. La instalación de cuadros con antecedentes durante el terrorismo de Estado en cargos claves del ministerio. O de cuadros que sino tienen denuncias o antecedentes, lo que tienen es una edad que señala que se formaron en el Ejército de la dictadura.

Lorena Balardini señala que la idea del control civil de las Fuerzas Armadas es un paradigma que empieza a gestarse desde la transición democrática. “La idea era que los militares no pudieran inmiscuirse en cuestiones políticas desde que el órgano de gobierno encargado de la Defensa tuviera una conducción civil –dice–. Por supuesto que es lógico que las Fuerzas sigan teniendo una conducción militar, pero en la mesa chica de Defensa –donde se toman las decisiones– hay un puesto jerárquico donde está el ministro y toda una serie de decisiones de una planta civil que lo que maneja es la política de defensa. Acá lo que preocupa es comenzar a poner militares, que si además son retirados estamos hablando de una vieja guardia. En realidad, hoy hay militares que pasaron por todo un proceso de democratización. Las Fuerzas Armadas tuvieron un mecanismo de depuración interna y cambio de currícula mas avanzado que las Fuerzas de Seguridad. Pero por las edades, aunque estas personas no estén vinculadas directamente con la represión, son de la vieja escuela como todos los militares retirados. Así que desde ese lugar y desde el paradigma de la conducción civil es preocupante que se confirmen estos rumores de que va a haber personal retirado al mando de direcciones de políticas estratégicas de defensa a nivel de gobierno.”

Hay quienes pueden señalar que en pleno Estado de derecho, con más de 30 años de democracia y juicios, las personas que tuvieran algún cuestionamiento ya tendrían que haber pasado por la Justicia o por un mecanismo que hubiese evitado el ascenso en la escala militar, dice Balardini. “Pero en ese sentido es interesante mostrar la respuesta del CELS en el caso Milani, salvando la distancia porque no es lo mismo la Jefatura del Ejército. En ese sentido diría dos cosas. Primero, que el paradigma de las impugnaciones y del control civil es algo que se instaló en la transición democrática, pero también hace a la institucionalidad democrática. Es un mecanismo que ha permeado y es parte de la construcción democrática institucional argentina y cualquier cambio, pero un cambio por el cual la política de defensa esté en manos de personal militar, como mínimo requiere un debate público. Y, por otro lado, imaginar que se hayan relevado todas las pruebas y antecedentes sobre todos las personas que estuvieron activas en la dictadura es ingenuo. En ese sentido, el caso Milani mostró el hecho de que el estado público, el debate y la discusión permite que surjan muchas veces conexiones con el terrorismo de Estado. Pero a veces no es necesario que haya sido así. Hay personas que se han pronunciado en contra de la democracia o de los derechos humanos, y no por eso tienen antecedentes en secuestros o torturas.”

Acaso valga aquí rescatar uno de los párrafos de la carta que los organismos van a enviar al presidente Macri: “Señor Presidente, en estos 32 años que venimos recorriendo desde el fin de la dictadura más sangrienta que asoló nuestro país, se han ido construyendo estándares mínimos en lo referido al gobierno democrático de las FF.AA. y al control civil de los asuntos de la defensa. Esto implica, entre otras cosas que quienes tengan a su cargo puestos de dirección en las FF.AA. o en el Ministerio de Defensa posean un legajo intachable, y por ende no hayan tenido ninguna participación en los hechos de violaciones a los derechos humanos que se produjeron en Argentina. También es importante destacar el Coronel Retirado Tosco fue designado para ocupar un cargo que debería ser conducido por un civil, atento a que la conducción civil de los asuntos de la defensa también es una conquista de estos años de democracia”.