Desde el primer momento, las crónicas hablaron de un José López desequilibrado y que pudo haber consumido alguna sustancia prohibida. Las imágenes lo muestran muy tranquilo y a eso hay que agregar que los estudios toxicológicos dieron negativo. En los días posteriores a su detención, se habló de que López padecía un síndrome de abstinencia y que por eso gritaba y se golpeaba contra las paredes. Ayer se difundió que en el penal de Ezeiza se la pasa bailando frente a las cámaras. Los estudios que le realizaron no avalan, hasta ahora, ninguna hipótesis de adicción.