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Por R. K.

La Policía Bonaerense aparece como el primer destinatario de la concentración y marcha del jueves y nada menos que ocho de cada diez personas desaprueba su accionar. Sin embargo, el mensaje fue también para el gobernador Felipe Solá, los legisladores nacionales, el presidente Kirchner y el Poder Judicial. En forma casi unánime, nueve de cada diez consultados creen que el primer mandatario se tiene que involucrar en la solución del problema de seguridad que existe en suelo bonaerense. Por otra parte, nítidas mayorías están de acuerdo con las propuestas hechas por Juan Carlos Blumberg.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por la consultora Analogías, que lidera la socióloga Analía Del Franco. El trabajo se hizo durante el día de ayer, desde la mañana hasta el atardecer, y se consultaron 400 personas de Capital Federal y Gran Buenos Aires a través del sistema telefónico, al azar y respetando las proporciones por edad, sexo, zona de residencia y nivel económico-social.
“Sin dudas, la gran demanda es que se transforme a la policía bonaerense –sostiene Del Franco–. La gente la ve poco profesional y encima con altísimos niveles de corrupción. Pero lo que se reclama es que el cambio lo haga no sólo el gobernador Felipe Solá, sino que el presidente Kirchner debe involucrarse. Es altísimo ese 94 por ciento que está diciendo que Kirchner, a quien se ve metido en cosas chicas y grandes, nacionales e internacionales, también se tiene que meter en esta crisis de seguridad. La mayor parte de la población ve al Presidente como un hombre eficiente y decidido y por eso le están diciendo que tiene que encabezar los cambios en materia de seguridad.”
“También hay un planteo de que los cambios tiene que ser profundos, estructurales, con nuevas leyes. Hace un par de años, la cuestión de seguridad siempre figuraba en el sexto o séptimo puesto en materia de prioridades para la gente. Figuraban antes, por ejemplo, el desempleo, los bajos salarios, la pobreza, la salud y la educación. Ya hace tiempo que la cuestión de seguridad saltó al segundo lugar, detrás del desempleo. Creo que en la medida en que la gente siente que está controlada relativamente la cuestión económica, la seguridad se plantea como una cuestión de la que hay que ocuparse más. En medio de ese estado de cosas, aparece el crimen de Axel, la figura del padre, y ello entronca con lo que nosotros ya veíamos en las encuestas de los meses recientes.”
Respecto de las propuestas que hace el señor Blumberg, la gente tiene un alto nivel de acuerdo. Es obvio que el ciudadano común no es un especialista y por lo tanto no da una opinión técnica, sino que sintoniza con las propuestas en forma espontánea, sentimental. Lo que menos gusta es el registro de celulares, tal vez porque el encuestado piensa que le significará excesivos trámites, y que la tenencia de armas sea un delito no excarcelable, porque una franja de la población cree que quien quiera tener un arma para defenderse no debe ser penalizado. De todas maneras, aún esas dos propuestas tienen más del 70 por ciento de aceptación.
A diferencia de los picos anteriores, en que la cuestión de seguridad estaba en el centro de la escena, no aparece esta vez ninguna tendencia a darle mayor poder a la policía, sino todo lo contrario. “Hace tiempo que la gente tiene una mirada muy crítica sobre la bonaerense. Solo un 14 por ciento la ve con buenos ojos, de manera que no la ubican como una solución sino como el problema. Y cuando los ciudadanos dicen que la concentración de Congreso fue un mensaje a la policía están insistiendo en que la clave está en la corrupción e ineficiencia. Es más, yo diría que también se ve a los policías mezclados con políticos bonaerenses como un foco del problema.”