EL PAíS › DENUNCIANTES COMPULSIVOS

“Aunque Ud. no me crea”

“Hay personas que llegan a denunciar que tienen una nave espacial en el fondo de su casa. Pero igual hay que tomarles la denuncia a todos”, enfatizó un funcionario de uno de los juzgados federales porteños. Describir el perfil del “denunciante compulsivo” no es tarea fácil, pero en un primer análisis hay detalles que saltan a la vista: conocen el funcionamiento judicial, en su presentación suelen incluir los artículos que refieren a la “igualdad ante la ley” y “presionan con contarles el hecho a los medios en caso de que desestimen su relato”.
Varios de los denunciantes, después de hacer su presentación, van directo a la sala de periodistas para contar el episodio. “Conocen muchas veces los códigos de la Justicia, saben que en Argentina rige el principio de legalidad y perciben que la Cámara Federal es más permeable que la del Crimen, por la diferencia en el número de casos que manejan, ya que la Justicia Federal lleva adelante una notoria menor cantidad de causas que el resto de los fueros judiciales”, explicó otra de las fuentes.
Daniel Sarwer, un hombre que desfila seguido por los pasillos de Comodoro Py y autor de la denuncia del correo electrónico que supuestamente le envió Bin Laden, fue declarado “inimputable” por la Justicia de Lomas de Zamora por padecer “un síndrome delirante de características paranoicas”. Sin embargo, se las ingenia para que sus denuncias sigan circulando.
El abogado Enrique Piragini también figura en la lista de denunciantes recurrentes. Y, en ocasiones, sus presentaciones tuvieron eco no sólo en los pasillos judiciales, sino también en los medios. El más reciente tuvo como protagonista a Diego Maradona en una denuncia por presunto “abandono de persona”, que finalmente fue desestimada. Otra presentación con el sello Piragini que también ganó difusión consistió en una denuncia “contra el Reino de España por su responsabilidad en la matanza de indígenas argentinos y el despojamiento de sus tierras tras el descubrimiento de América”. El hombre, además, afirma haber sido “el primer denunciante” de la crisis energética. “Yo ya lo había anunciado el año pasado”, se jactó.
Este asiduo caminante de los tribunales comenzó a aparecer en los medios como denunciante hace poco más de un año, tras una golpiza que recibió su hijo en un boliche bailable el 26 de abril de 2003. En aquel momento, creó la ONG “Argentina Recupera Idoneidad en Libertad” (Ariel), más conocida como “Ariel somos todos”. A partir de allí, el abogado suele hacer sus denuncias en nombre de la entidad, que ya lleva en su haber “más de cien presentaciones”, a razón de una cada cuatro días, según reveló. “Empecé a vincularme con temas sobre violencia, que no sólo tienen que ver con pegarle a un chico. El objetivo que tiene la fundación es combatir la violencia e inseguridad”, explicó.
A la hora de demarcar los temas de las denuncias, Piragini no discrimina. Salud, ecología, historia, derechos humanos, corrupción: todo vale en el universo del abogado. “¿Cómo hace para tener cada semana un nuevo tema para denunciar?”, preguntó este diario. “La ONG que fundé está integrada por 15 o 20 personas, entre las que hay ingenieros, antropólogos y docentes, que me asesoran”, se encargó de aclarar Piragini, aunque reconoció: “Tengo casos que son realmente tragicómicos”.

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