EL PAíS › “PRACTICAMENTE NO MIRO ENCUESTAS, ME LAS CUENTA EL PRESIDENTE”
Política, ambiciones, candidaturas, encuestas
–¿El escenario político actual, con una situación apaciguada entre Kirchner y Duhalde, lo tranquiliza como ministro?
–Yo fui uno de los primeros, en decir que no creía en la existencia de un conflicto de gran magnitud entre el Presidente y el ex presidente, con riesgos de quiebre a la apoyatura del Gobierno. Sigo pensando que fue una construcción, y acá no voy a decir sólo del periodismo sino que había partes interesadas de un lado y del otro en crear esa imagen. Yo nunca creí en ella, quizás porque tengo algún grado de interlocución con ambos. Pero es cierto que aunque no fuera verdad, si todo el mundo lo creía, y la prensa lo ponía todos los días en un lugar destacado, terminaba teniendo efectos. Afortunadamente, eso ha sido despejado, y hoy hay una percepción externa de que el partido de gobierno está razonablemente unificado detrás de las políticas del Ejecutivo. Siempre podrá haber alguna diferencia en un punto u otro, pero nada significativo.
–¿Usted se sentía más cómodo cuando lo veían a la izquierda de Duhalde o ahora que lo identifican a la derecha de Kirchner?
–(Risas.) A veces son necesidades políticas del momento, de los presidentes. No les presto demasiada atención. A lo que le presto mucha atención es a la gestión. Buena parte de las desilusiones que hubo en la Argentina tienen que ver con déficit muy fuertes en la gestión. Siempre he creído que el nuestro era un país subadministrado, pero no sólo en el sector público, también en el privado.
–¿Cada cuánto mira las encuestas que miden su imagen entre la opinión pública?
–Prácticamente no miro encuestas. En realidad, me las cuenta el Presidente.
–¿Y qué opina de los resultados?
–El Presidente muchas veces me dice: “¿Viste esto?”. Obviamente que es mejor que las respuestas sean positivas a que sean negativas. De alguna forma se ha venido dando una situación bastante excepcional, quizás atribuible a la profundidad de la crisis en el momento en que asumí, pero estos resultados vienen siendo favorables desde hace tiempo. Lo interpreto en el sentido de que la población tiene una gran sabiduría, comprende y apoya, entendiendo que se hace todo lo posible con los instrumentos que se tienen a mano. Si algún día las encuestas, no una tirada al azar, porque todos sabemos también que muchas veces las encuestas se dibujan, pero si yo sintiera que hay una actitud de la población que no comparte lo que se está haciendo, honestamente lo que haría es decirle al Presidente que llegó el momento del reemplazo. Lo peor que podríamos hacer es perder lo que se ha ganado. Se ha ganado muchísimo saliendo de una crisis muy profunda. Sería muy absurdo quedarse por una cuestión de mantenerse en el puesto o por ego personal. Yo sería el primero en sugerirle al Presidente que llegó el momento de una renovación de cargos.
–¿Sólo en caso de que lo indiquen las encuestas o también si hay un desgaste propio de la función?
–La función siempre produce desgaste, por definición. Si yo sintiera que no se puede contribuir más o si sintiera que por más que uno hace el esfuerzo, el reflejo en la sociedad, bien medido, no es positivo, hay que darle al Presidente todo el margen de maniobra posible para que haga los cambios y retome fuerza en la gestión. Lo peor que se puede hacer es ir desgastándose, disecándose. Eso no lo haría jamás, si me doy cuenta. Espero darme cuenta. Las encuestas pueden ser una campanita de atención. No necesariamente tienen que ser las encuestas. Si yo lo sintiera claramente, me iría. Hoy no lo siento.
–Y por la positiva, si las encuestas le dan bien, ¿sería candidato el año que viene a diputado porteño para favorecer al Gobierno?
–No, no. Porque mi función y la de mi equipo es aportar a la gestión. Y a la definición de cuestiones estratégicas, como la reunión que tuvimos hace diez días en Brasil (con varios ministros y el presidente Lula da Silva). Tuvo la profundidad de aquellas reuniones estratégicas que tuvimos en el momento de la creación del Mercosur. Me hizo acordar a la etapa fundacional, en la que también me tocó estar. Se pusieron sobre la mesa los temas de fondo, los temas estratégicos, y se discutió sobre eso. Yo puedo hacer eso. No serviría en absoluto haciendo campaña como diputado. O como senador, para que no digan que no dije senador (sonríe).