EL PAíS › LA CANASTA BASICA Y LA INFLACION
El vaso medio lleno
Tratando de descomprimir las tensiones generados por un índice de precios al consumidor que aumentó 1,5 por ciento en enero, Presidencia de la Nación difundió, a través del vocero oficial, un informe que destaca que la canasta básica alimentaria y la canasta básica total de consumo se encarecieron bastante menos. Y además, que en el año 2004 los salarios subieron mucho más que el precio de la canasta alimentaria.
“Según los datos mensuales del Indec, la Canasta Básica Total aumentó 0,7 por ciento y la Canasta Básica Alimentaria aumentó 0,3 por ciento en enero con respecto al mes anterior”, subraya el comunicado de Presidencia de la Nación, bajo el subtítulo Análisis e Investigaciones, y con la firma del vocero presidencial. “En términos interanuales, la Canasta Básica Alimentaria presentó un crecimiento de 2,69 por ciento, mientras que la Canasta Básica Total se vio incrementada en 4,1 por cieno durante el primer mes del año”, destaca. “Por su parte –agrega más adelante–, el Indice de Salarios mostró una suba de 0,5 por ciento en diciembre con respecto al mes anterior, acumulando en el año pasado un crecimiento del 9,33 por ciento.”
El informe oficial concluye que “al cruzar la Canasta Básica Alimentaria y la Canasta Básica Total con las variaciones de los salarios durante el año pasado, se observa que el ritmo de crecimiento de la Canasta es menor al del Indice de Salarios”. En efecto, la CBA aumentó 2,46 por ciento en 2004 y la CBT, 3,4 por ciento.
La CBA está compuesta básicamente por alimentos, rubro donde hubo fluctuaciones marcadas en los productos esenciales. Las mayores disparidades se observaron en las verduras. En carnes rojas, hubo movimientos apenas perceptibles en algunos cortes, mientras que la carne aviar observó una baja. El pescado, al igual que el pan, tuvo un marcado incremento, al igual que los diversos tipos de queso.
Conforme con estos datos, en enero una familia de cuatro miembros, compuesta por un jefe de hogar varón de 35 años, su esposa de 31, un hijo de 5 y una hija de 8 años, necesitó un ingreso de 745,40 pesos “para evitar caer en la pobreza”, medida por una canasta básica total confeccionada en función de un magro presupuesto que no toma en consideración, por ejemplo, el costo de mercado para alquilar un departamento de tres ambientes, de mínimas dimensiones indispensables para la familia tipo en consideración.
Según la cuestionable línea de medición de la indigencia, por ejemplo, a esa misma familia le habrían bastado 335,76 pesos para no ser considerada “indigente”. Es decir, que según criterio de esta medición, dicha cifra le alcanza para comer y sobrevivir en esas condiciones, sin contemplar ninguna otra necesidad.