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¿Cuál es la reconstrucción de la tragedia que maneja la Justicia? La respuesta está en los 23 cuerpos del caso que dejaron de estar bajo secreto de sumario. Además de dudas sobre quiénes estuvieron a cargo de la seguridad (probablemente compartida entre Chabán y la banda), y la certeza de que fue poco estricta, las pruebas y testimonios indican que:
- Chabán tiene responsabilidad en el ingreso de las bengalas. Ariel Serafina declaró que “una amiga de su novia llamada Romina Toledo le comentó que el 29 logró ingresar al recital con 10 bengalas pero, en vez de pasar por la puerta de ingreso, gente relacionada con el boliche la hizo entrar por otro”. Sin embargo, el ex empleado Héctor Albornoz afirmó que “en todos los recitales Chabán pedía que se controle a la gente y que tratasen de impedir que ingresen con pirotecnia”. La ex empleada Ana Sandoval aseguró que “secuestró bastante pirotecnia que traían las mujeres”. La policía encontró ese tipo de elementos en Cemento.
- La guardería. Varios testigos la vieron en el baño de damas, pero los ex empleados de Cromañón lo niegan.
- Extractores de aire. Estaban tapados porque había que evitar que el ruido molestara al hotel lindero. Los matafuegos no funcionaban.
- Puertas. Además de la de emergencia que estaba cerrada con candado y alambre, sólo dos de las seis puertas principales estuvieron abiertas. Ricardo Vázquez, empleado del sonidista Jorge Leggio, declaró que Chabán le dijo: “No, esa puerta no se puede usar más, así que olvídese”.
- Antecedentes. Hubo varios incendios anteriores al del 30. Uno de ellos fue sofocado con vasos de cerveza.