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Con diferentes modalidades de protesta, familiares y amigos de las 193 personas que murieron en República Cromañón volvieron a manifestarse ayer en contra de la excarcelación de Omar Chabán. Unos 300 allegados se concentraron al mediodía frente al Palacio de Tribunales en momentos que el abogado y padre de uno de los jóvenes muertos, José Iglesias, presentaba un pedido de “per saltum” ante la Corte Suprema de Justicia a fin de que ésta se haga cargo de la causa (ver aparte). Algunos automovilistas que pasaron por la zona mostraron su solidaridad con los familiares y se plegaron al reclamo haciéndose oír mediante un breve “bocinazo”. Mónica y Haydée Schild, madre y abuela de la adolescente Marianela Rojas, se encadenaron en una reja de la sede del Poder Judicial y aseguraron que se quedarán allí “hasta que la Justicia determine si Chabán tiene o no que quedar detenido”. Para Mónica, los camaristas “se conmovieron por unas pocas lágrimas” derramadas por el empresario cuando presentó su pedido de libertad, “en cambio, no se conmueven con las lágrimas de los familiares de las 193 víctimas”. Por su parte, la abuela de Marianela pidió para Chabán “tres meses de cárcel por cada angelito que murió, lo que suma una pena de cadena perpetua”. El padre de uno de los jóvenes muertos pidió “perdón” a la sociedad por los incidentes del viernes, cuando se conoció la noticia de que Chabán podría quedar libre. “Pedimos disculpas porque la sociedad no tiene por qué pagar las culpas de los funcionarios corruptos ni empresarios corruptos”, afirmó.