EL PAíS › DECLARARON LOS FISCALES DEL DIA DE LA MASACRE
Datos que ocultó la policía
Ayer, en el último tramo del juicio oral y público por la masacre de Avellaneda, declararon los dos fiscales que se acercaron a la comisaría la tarde de la represión. El fiscal Eduardo Alonso y su adjunto, Homero Alonso, confirmaron que los policías que se encontraban en el lugar no les dieron información sobre el modo, el lugar o las circunstancias en que habían muerto Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
Los fiscales atestiguaron por la noche ante el Tribunal Oral 7, luego de la declaración de Alejandro Acosta (ver aparte). Según contaron, el 26 de junio del 2002 fueron alertados por el fiscal de turno, Juan José González, quien les dijo que la represión en el Puente Pueyrredón había dejado un saldo de dos muertos y varios heridos y les pidió que se acercaran a la comisaría 1ª de Avellaneda.
Llegaron poco después de las cuatro de la tarde y, según contaron ayer, notaron una gran cantidad de piqueteros presos y unos pocos policías. El fiscal Eduardo Alonso, que declaró primero, aseguró que preguntaron a los policías que se encontraban en el lugar cómo se habían producido los asesinatos, pero que todos aseguraron que no sabían nada. “Nos decían que no tenían información sobre cómo se había producido la represión”, explicó el fiscal, en un testimonio que más tarde fue confirmado por su adjunto, Homero Alonso.
Eduardo Alonso también dijo que trató de indagar sobre el modo en que se había ordenado la represión, quién había dado las órdenes, quién las había recibido, y que tampoco logró obtener información por parte de los policías. Le mostraron un video, con imágenes de Crónica TV, donde se veía un auto policial que llevaba el cuerpo de Kosteki. El fiscal anotó el número del auto para identificarlo.
Según dijo ayer, habían llegado a la comisaría diputados como Luis Zamora y representantes de los organismos de derechos humanos, como Adolfo Pérez Esquivel, a los que trataron de explicarles lo que sabían de la represión. Por la noche apareció Alfredo Fanchiotti, que ya le había dado a Felipe Solá su particular versión de los hechos, en la que atribuía las muertes de Kosteki y Santillán a una guerra entre piqueteros.
Los fiscales aseguraron ayer que se fueron de la comisaría después de las diez de la noche, sin obtener información sobre la masacre. Cuando se enteraron del modo en que habían sido asesinados los dos piqueteros, presentaron una denuncia contra los policías de la comisaría 1ª y del comando de patrullas por encubrimiento.