EL PAíS › UN JUICIO CONTRA LA COMUNIDAD MADRE DEL PUEBLO
El problema con la inundación
Por L.B
”El tema de la inundación es el que más nos angustia, hay solución, no tenemos la plata, pero tenemos la fuerza para pelearla”, afirma el sacerdote Ernesto Narcisi, al referirse a la situación de un grupo de vecinos del barrio Jorge Vernazza que se inundaron e hicieron un juicio por dinero contra la comunidad de apoyo Madre del Pueblo. Este grupo de vecinos intervino en el programa “Zona de Investigación” de Canal 9 para denunciar por estafa a la comunidad de apoyo y a los curas que desde hace treinta años viven en la villa del Bajo Flores.
“El terreno se compró con los últimos bienes del padre Vernazza poco antes de su fallecimiento, y con las cuotas que quedaban de los otros barrios” agrega Rodolfo Ricciardelli. Previamente gestionaron la aptitud hidráulica en la municipalidad, que expresaba que no se trataba de un pantano ni de una zona anegadiza. “Hacía más de cien años que la inundación no llegaba a esos terrenos”, explica Narcisi. Los sacerdotes señalan que de los 320 lotes, fueron perjudicados unos 20. Muchos ni siquiera pagan las cuotas por sus lotes. “A algunos les ofrecimos la tierra para rellenar, a otros les propusimos cambiar de lote”, agrega.
La comunidad de apoyo Madre del Pueblo se conformó con amigos de Vernazza y Ricciardelli, un grupo de profesionales laicos dispuestos a colaborar con la acción solidaria de los curas, entre los que participaba el contador Ricardo Batallé, quien últimamente trabajaba como gerente de una sucursal bancaria. El grupo de afectados de Vernazza organizó un escrache filmado por Canal 9 frente a la sucursal y Batallé estuvo a punto de perder su trabajo por el delito de participar en una asociación sin fines de lucro cuya tarea es facilitar la posibilidad de vivienda propia a sectores humildes.
“Por supuesto reconocemos el problema y no nos borramos –insiste Narcisi– pero esto no es un negocio, no tenemos un peso partido por la mitad, todo se hace a pulmón y sobre la base de organizar a la comunidad para que afronte sus dificultades a partir del esfuerzo conjunto, eso lo saben todos los que participan en los barrios, incluyendo los vecinos del barrio Padre Vernazza.”
En el 2000, la municipalidad de La Matanza licitó el asfalto de calles aledañas, con lo cual no se hubiera producido la inundación, pero las obras nunca se iniciaron. Preocupado, Narcisi subraya que “no hubo mala fe, todo se hizo como en los barrios anteriores, con los estudios previos de las autoridades municipales y provinciales, con un esfuerzo solidario muy grande de toda la comunidad de apoyo, que son todos voluntarios como Batallé, nadie cobra un solo peso”. El problema en el barrio Vernazza hace que otros planes comunitarios similares se hayan paralizado y que centenares de personas pierdan la posibilidad de acceder a su vivienda. “Nosotros comprendemos esa situación –reflexiona–, pero el daño que se hizo es muy grande.”