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Castigar con el voto
Por Ricardo Romero *
La elecciones a senador de la provincia de Buenos Aires nos podrían hacer reflexionar sobre las distorsiones que genera el federalismo presidencial argentino. La estructura del Senado que garantizaba la representación igualitaria de los estados provinciales hasta que fue alterada por la reforma de 1994, al incorporar el esquema de elección directa por mayoría y minoría, propiciando un sistema bipartidista, forma ideal de un esquema presidencial de gobierno según uno de los ideólogos del Pacto de Olivos. Sin embargo, la crisis de oposición generada por la mala gestión de la Alianza, con cabeza en Fernando de la Rúa, provocó una debacle del esquema bipartidista, dejando al peronismo como partido hegemónico de hecho. La principal característica de este partido es que conviven fuerzas antagónicas que ocupan el centro de la escena política, debilitando una articulación de oposición, al quedar casi cortada al medio en derecha e izquierda.
Esta debilidad permite al peronismo ir dividido y dirimir su interna externamente en desmedro de la oposición. Si bien la Justicia Electoral debería generar la fractura “legal real” del Partido Justicialista, desafiliando a los justicialistas ahora kirchneristas, de manera tal que la ciudadanía pueda realmente elegir entre dos opciones políticas, y que no haya proscripciones. Pero la contrariedad no es institucional es política.
El problema se deriva en la forma mafiosa (a confesión de parte relevo de pruebas) en que se enfrentan los grupos, donde ambos bandos ocupan importantes cargos de gestión. La ciudadanía debería castigar con su voto esta manifestación del oficialismo. Me parece que sería un llamado de atención de la opinión pública al comportamiento de nuestros gobernantes, que si dicen: “son mafiosos”, deben denunciarlos y actuar en consecuencia. Es necesario pensarlo para realmente cambiar el país.
* Politólogo UBA. Red argentina de Ciencia Política Mariano Moreno.