EL PAíS
Principales conclusiones de las mesas de debate
ALBERTO MÜLLER.
Políticas macro
“En materia de paridad e inflación hubo consenso en que se debe mantener un tipo de cambio elevado y estable y hacer explícita esta voluntad, pero se advirtieron los riesgos de que pueda convertirse, de facto, en una convertibilidad 3 a 1. Por eso, se recomendó la necesidad de un control importante en el movimiento de capitales y se enfatizó que las exportaciones sean liquidadas en su totalidad en el mercado de divisas local, lo que supone terminar con el privilegio del que gozan algunas empresas que, en buena parte, lo hacen en el exterior. En esta línea se insistió que las políticas monetarias y cambiarias adecuadas son una condición necesaria, pero no suficiente del desarrollo. También hubo acuerdo en rechazar la política de metas de inflación, por su sesgo tendiente a aumentar la tasa de interés.
En las exposiciones sobre el rol del sector público se escucharon algunas propuestas, que no por conocidas y repetidas son menos necesarias. Especialmente en materia de política tributaria, donde la clave sigue siendo la corrección del carácter regresivo del sistema y gravar la renta financiera. Una de las propuestas fue quitarle a la Aduana su papel recaudatorio. También tener en cuenta que los actuales buenos niveles de recaudación no son resultado de la lucha contra la evasión, sino de algunas circunstancias transitorias, como los impuestos a las exportaciones, lo que demanda cierta urgencia en las transformaciones. Mientras tanto, la deuda pública seguirá teniendo un peso muy importante en el presupuesto.
En materia de ahorro e inversión la principal preocupación fueron las limitaciones que puede enfrentar la actual senda expansiva y los potenciales desequilibrios entre el ahorro interno y el externo, así como la tendencia a la reducción del superávit por cuenta corriente.”
MERCEDES MARCO DEL PONT.
Empleo e ingreso
“Se coincidió en que debe crearse un mayor consenso social para que la redistribución del ingreso sea la prioridad de la política económica. En este punto el rol del mercado de trabajo es central, aunque no se trata sólo de un problema laboral. En el diagnóstico hubo una crítica clara a las visiones ofertistas. Se consideró que las deficiencias están esencialmente en la demanda, tanto en términos cuantitativos como culitativos. Se descartó la idea según la cual primero hay que crecer y después distribuir. Ambos procesos deben marchar en paralelo.
También se criticó la política de metas de inflación, pues su variable de ajuste es el nivel de crecimiento y de empleo. Aunque con matices se revalorizó el rol del mercado de trabajo como factor de integración. El concepto en el que se coincidió fue el de ‘universalización de ingresos’, trabajo en blanco, con buen salario y protección. El combate al trabajo en negro debe comenzar por la fiscalización y el incentivo a la registración.
Aunque valoró la creación de 2 millones de empleos, dijo que no alcanza. Al igual que lo considerado en el área de política macroeconómica, corremos el riesgo de consolidar una nueva convertibilidad 3 a 1, con todo lo que esto significa, como la cristalización de las relaciones de los ‘90.
En materia previsional quedó claro que el régimen de capitalización fracasó. No sólo no resuelve los problemas hoy, sino que menos lo hará en el futuro. Tiene que ser reformulado y revisado. Necesariamente debe rediscutirse volver al régimen solidario y para todos. Los matices estuvieron en si debe volverse atrás o si mantener como complementario al actual sistema privado.
Hablar de empleo significó también preguntarse por el patrón de especialización; si uno basado en las exportaciones de base primaria u otro industrial y con desarrollo de las pymes.”
MARTA BEKERMAN.
Modelo productivo
“Las exposiciones coincidieron en el diagnóstico de que la última década dejó una desintegración heterogénea del tejido productivo, con ganadores, como el complejo sojero, y perdedores, como el sector metalmecánico. El resultado fue una reprimarización productiva. El problema es que el actual modelo agrario no responde a los problemas de hambre y exclusión social. Paralelamente existió una desarticulación del sistema de ciencia y técnica, desarticulación con el sector privado y hacia su propio interior.
El problema es que el solo cambio de las señales de precios relativos a partir de la devaluación no es suficiente para corregir el patrón de especialización. En consecuencia, el primer paso es definir cuál será el nuevo modelo y determinar cuáles son los sectores que tienen posibilidad de crecer. Entre las propuestas escuchadas para avanzar en esta dirección se destacaron:
- Fortalecer las cadenas agroindustriales, avanzando hacia un mayor valor agregado.
- Planes estratégicos para los distintos sectores con el fin de encontrar nichos y espacios de especialización.
- Desarrollar los sectores conocimiento intensivos, como la biotecnología y la informática, que no demandan grandes inversiones.
- Reforzar las cadenas industriales competitivas, como la de las industrias metálicas básicas.
- Promover el compre nacional e inducir a las privatizadas a que desarrollen proveedores de insumos locales.
- Estimular a las pymes por razones de equidad y eficiencia, con políticas crediticias y en la logística de ventas y exportaciones. También se propuso una simplificación tributaria, para que sea más fácil el ingreso al sistema formal, y el incentivo a su funcionamiento en red en áreas específicas. Estas medidas deberían articularse en el marco de la revalorización del Sistema Nacional de Innovación.”