EL PAíS
Será lo que Dios quiera
“Que sea lo que Dios quiera”, dijo Eduardo Duhalde no hace mucho tiempo y su visita de hoy a la Catedral porteña, a propósito del tradicional Tedéum del 25 de Mayo, aparecía como una ocasión propicia para que invocara la ayuda celestial que tan bien le vendría. Sin embargo, no lo será: en el Gobierno saben que las palabras que en la oportunidad dirá el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, serán de las más duras que alguna vez haya escuchado un Presidente y Duhalde ni siquiera irá caminando desde la Casa Rosada hasta la Catedral –como marca la costumbre–, sino en auto, para evitar el contacto con la gente. Ese no será el único cambio a la tradición de los actos de celebración de los aniversarios de la Revolución de Mayo, ya que por la mañana temprano Duhalde compartirá el habitual chocolate sólo con algunos funcionarios. Los periodistas –con quienes no habla desde que volvió de Europa– no fueron invitados a esa ceremonia que se cumple año tras año y de la cual este año sólo podrán verse las imágenes que emitirá el canal oficial.