Viernes, 13 de enero de 2006 | Hoy
La visita de Thomas Shannon a la Argentina es parte de un desesperado intento de Washington por ‘reordenar y disciplinar’ su crecientemente convulsionado patio trasero. Para nadie es un misterio que América latina se convirtió en un foco cada vez más importante de contestación a las políticas de George W. Bush. El fracaso de la tentativa golpista en Venezuela en abril de 2002 –bajo los auspicios de Washington– se convirtió en un boomerang al consolidar el impresionante apoyo popular a la revolución bolivariana y potenciar su proyección continental. Este radical debilitamiento de la influencia estadounidense en la región fue catastrófico en el 2005: el ALCA, que se suponía que debía comenzar el 1º de enero de ese año, no sólo no comenzó sino que fue objeto de un multitudinario funeral en Mar del Plata. Ahora Shannon, el hombre que llevó la voz cantante en Mar del Plata en defensa del ALCA, viene para tratar de resucitarlo así como contener el acercamiento de la Argentina con Venezuela. Seguramente hablará de la enorme trascendencia de su misión y de las millonarias inversiones que lloverán sobre una Argentina ‘bien portada’. Sin embargo, un dato sintomático sobre los modestos alcances de esta visita lo ofrece el propio Departamento de Estado: en el día de ayer su sitio web ni siquiera anunciaba la importantísima misión. La noticia destacada de la Oficina de Asuntos Hemisféricos era la reunión de la Secretaria de Estado Condoleezza Rice con un grupo de expertos a cargo de la elaboración de un programa de ‘transición a la democracia’ en Cuba y la publicación de un informe sobre ‘el asalto a la democracia’ en Venezuela. De Shannon en la Casa Rosada ni noticias. A confesión de parte....
La estructura de negociación ha cambiado en los últimos años. Hoy la dinámica internacional es moverse en todos los frentes. Esto implica mucha organización pero no hay motivo para que Argentina no pretenda garantizar su acceso a distintos mercados, incluyendo el de Estados Unidos. Brasil, Chile y Argentina hoy deben aprovechar todas las oportunidades que hoy tienen para brindar sus puntos de vista. Ese es un primer paso: fomentar el diálogo para poner en común cómo estamos viendo unos y otros los acontecimientos de la región, que no dejan de ser relevantes. A pesar de las diferencias, en la Cumbre de Mar del Plata se pudieron intercambiar ideas con respecto al desarrollo del ALCA. Quedó claro qué pretensiones tiene cada uno sobre cómo avanzar en un acuerdo de libre comercio. Por supuesto que hoy un Area de Libre Comercio de las Américas resulta algo inviable. En este sentido, resulta mucho más sensato avanzar en una red de acuerdos comerciales entre todos los países de las américas, respetando el bloque del Mercosur. Acá justamente lo que está faltando en la construcción de un acuerdo entre el Mercosur y los Estados Unidos. Hay que establecer una mesa de negociación que permita llegar a un punto de equilibrio de ganancia mutua. Por supuesto, es difícil. Más si tomamos en cuenta cómo vienen avanzando las negociaciones con la Unión Europea por el tema de los subsidios que EE.UU. sigue manteniendo con el agro. Pero la negociación desde el Mercosur sería sumamente positiva en la medida en que dejaría ver al bloque como un núcleo duro y así más influencia tendrá ese espacio en la agenda económica Latinoamérica y en los procesos de consolidación de las democracias en el territorio.
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