Los presidentes de Bolivia, Paraguay y Uruguay se comprometieron ayer a reactivar la hidrovía Paraguay-Paraná y acordaron construir un gasoducto que los una con el apoyo de Venezuela. Esos acuerdos fueron establecidos durante una cumbre que los presidentes de esos cuatro países mantuvieron en Asunción, que dejó al descubierto los problemas que hoy existen en el Mercosur y el malestar de los socios menores con el rumbo que Brasil y Argentina le imponen al bloque regional. En ese marco, el venezolano Hugo Chávez anunció también que se retira de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), porque “está muerta”.

Las dificultades por las que, en virtud de las asimetrías planteadas, atraviesa la sociedad entre Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay y Paraguay quedaron reflejadas en las palabras de los presidentes de los últimos dos países. “Así como está, el Mercosur no sirve. La integración regional es importante, pero al Mercosur lo tenemos que mejorar porque éste no es el Mercosur que queremos Uruguay ni Paraguay”, sentenció el uruguayo Tabaré Vázquez. El paraguayo Nicanor Duarte Frutos se sumó en el mismo sentido: “El Mercosur debe convertirse en una plataforma de desarrollo, integración y soluciones y debe considerar la igualdad de derechos de sus socios”.

La convocatoria a la cumbre de Asunción, más allá del propósito cumplido de acordar la construcción del gasoducto boliviano-paraguayo-uruguayo, fue toda una señal del descontento de los socios minoritarios del Mercosur. Uruguay y Paraguay habían quedado marginados del gasoducto que poco tiempo atrás pactaron construir Argentina, Brasil y Venezuela. El mismo presidente anfitrión había revelado de antemano, además, que la intención es “recrear el espíritu de Urupabol (Uruguay, Paraguay, Bolivia), el antiguo sueño de integración de países menores” de Sudamérica de mediados de los ’70.

De acuerdo al plan trazado en Asunción, el gasoducto llegará a esa ciudad procedente de la boliviana Tarija, previo paso por Puerto Casado, sobre el río Paraguay y ofrecido por ese país a Bolivia como puerto franco y eventual emplazamiento de una refinería para facilitar la venta de sus hidrocarburos. El gasoducto terminará en Uruguay y Chávez se comprometió a apoyar el proyecto para integrarlo, en una segunda fase, al previsto entre Venezuela, Argentina y Brasil.

El venezolano aprovechó la tribuna para anunciar que su país “se sale” de la CAN, a la que consideró “muerta”. Coincidió en ese diagnóstico el presidente boliviano Evo Morales. Bolivia integra también ese bloque.

Chávez se quejó de que la CAN “sirve sólo a las elites, a las trasnacionales. No sirve a los indios, a los negros, a los blancos o a los pobres. No le sirve a nuestro pueblo y no sólo no le sirve, lo perjudica”, y acusó a Colombia por la situación: dijo que fue quien “hirió de muerte al bloque al firmar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos”.

Atento al clima de la cumbre, dijo apostar por el Mercosur y pidió que “no muera”. “Venimos a Asunción –señaló– con la idea de que nazca una transformación. Por eso es que esta reunión me parece tan importante, porque se siente una voluntad de cambio hacia un nuevo Mercosur.”