Botnia reconoció que el conflicto laboral desatado en la obra de Fray Bentos, por el cual la construcción está paralizada desde hace dieciséis días, es una “luz amarilla” para la empresa. Así lo definió el vocero Carlos Faroppa, mientras en Montevideo se realizaba una nueva ronda de negociaciones entre el gobierno, la Cámara de la Construcción, el sindicato y los representantes de Botnia. Los trabajadores piden mejoras salariales y que se eleve el porcentaje de operarios uruguayos, dado que la compañía planea llevar técnicos de Europa del Este. “Sobre un total de cuatro mil quinientos puestos, ya hay seiscientos extranjeros, y ahora planean traer mil quinientos más de Europa del Este. No nos oponemos a que trabajen extranjeros, pero queremos que les pongan al lado a un uruguayo para que se forme”, dijo a Página/12 Juan Sardella, dirigente gremial de Fray Bentos. Sardella no pudo confirmar si, como señalaron las versiones que corrieron durante el día, dos de las contratistas de Botnia, Teyma y Stiler, habían abandonado el proyecto. “Hasta ahora no tuvimos despidos”, indicó. Lo mismo dijo en Montevideo el dirigente del sindicato a nivel nacional Darío Alvarez. Las versiones, publicadas en dos páginas de Internet uruguayas y repetidas por vecinos de Fray Bentos, señalaban que los ejecutivos de esas dos empresas habían cancelado los alquileres de las casas de Fray Bentos donde vivían hasta ahora.