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Las perspectivas de un acuerdo con el FMI son “mejores”, y por ello el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O’Neill, decidió viajar a la Argentina. Sin embargo, si el Gobierno no consigue cerrar un convenio a más tardar a fines de setiembre, lo más probable es que la crisis desemboque en un episodio hiperinflacionario. Este es el diagnóstico del ex economista jefe del Fondo Monetario, Michael Mussa, quien ahora es la estrella del centro de investigación Institute for International Economics (IIE) y se dedica a estudiar casos especiales, como el argentino. Mussa presentó ayer en Washington su investigación de 90 páginas sobre la crisis local, titulada “Argentina y el Fondo, del triunfo a la tragedia”.
El economista formaba parte de la línea dura del organismo, en el que se desempeñó entre 1991 y 2001. Su crítica al Fondo por la responsabilidad que le cabe en la debacle argentina es que no fue lo suficientemente estricto para evitar desbordes fiscales. Mussa dijo que Argentina es para el FMI “uno de los fracasos más trágicos” de su historia. “Argentina estuvo bajo el escrutinio del FMI todo el tiempo. Aunque las decisiones claves en materia fiscal, monetaria y tasa de cambios fueron tomadas por las autoridades argentinas y disfrutaban de amplio apoyo, el FMI apoyó y alabó esas políticas y por lo tanto tiene mucha responsabilidad por su trágico fracaso”, enfatizó el economista.
En la situación actual –continuó–, al Gobierno no le queda otra alternativa que controlar el déficit, pues sin financiamiento externo y sin el apoyo del Fondo no tiene cómo costearlo, y si lo hace con emisión, inevitablemente caerá en hiperinflación.
Mussa estimó que la relación entre la Argentina y el FMI mejoró en las últimas semanas, superando tensiones previas. “O’Neill estaría menos deseoso de embarcarse en ese viaje si no creyera que han mejorado las perspectivas”, evaluó el economista, quien cuenta con información desde adentro mismo del organismo de crédito. Pero advirtió que “si no se llega a un acuerdo relativamente pronto, entonces el camino de Argentina seguramente pasará por un episodio hiperinflacionario”.
Por su parte, Roberto Lavagna se manifestó optimista en que se alcanzará un acuerdo. “De una situación de no negociación se pasó hace ya cinco semanas a una clara situación de diálogo”, ejemplificó, aunque reconoció que el organismo expresa en sus comunicados que “la situación es compleja, y en eso estamos todos de acuerdo”. En el Palacio de Hacienda coinciden con el diagnóstico catastrofista de Mussa en caso de fracasar las negociaciones con el FMI. Reconocen que las discusiones con la “comisión de expertos” que llegará el próximo lunes a Buenos Aires serán difíciles, debido a las dificultades para cumplir las metas fijadas en el programa monetario.
Mussa indicó que la propagación de la crisis argentina a otros países de América latina favorece la posición del gobierno de Duhalde. “La crisis ha contagiado a la región, particularmente a Uruguay, pero también a Brasil”, puntualizó.