EL PAíS
“Algo va a pasar”
Para Paula Sábato, 18 años y la esperanza de convertirse en una artista, la inflación no es una amenaza. Ya llegó. “¿Te creés que no me doy cuenta? Voy al chino y si antes con diez pesos te hacías una provisión, ahora comprás la mitad. Ya se lo dijimos, no le compramos más, si la azúcar pasó de 50 centavos a 90 de ayer a hoy.” El “chino” puede ser cualquiera de los supermercados de la Boca, donde vive en un conventillo que comparte con su familia ampliada hasta padrinos, tíos, hermanos y sobrinos. Son muchos para comer pero pocos los que trabajan. Ella es una de las que aporta con lo que gana ayudando a vender cuadros a un pintor sin manos en Caminito. “Los turistas pagan en dólares pero ahora ellos también quieren transarte y darte pesos. Este no es un laburo fijo pero tampoco quiero uno, porque corrés el riesgo de que no te paguen, o te den un cheque o patacones como a mi padrino.” Una “u” larga y aguda es lo que sale de la boca de Paula cuando intenta imaginar cómo seguirán las cosas. En su barrio hubo un saqueo y ella estuvo ahí con su familia. “Era una cosa del barrio, aunque no necesitábamos para comer fuimos para apoyar.” Y su presentimiento es que la gente no se va a conformar con no poder comprar lo que antes podía.