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Pese a que la inseguridad es una de las principales preocupaciones de los habitantes del Gran Buenos Aires, dos de cada tres personas sostienen que no están dispuestas a portar un arma para defenderse. A la hora de señalar los principales motivos de la inseguridad, más de la mitad creen que el problema es el crecimiento de la pobreza, algo que obviamente ven de cerca, pero enseguida apuntan a la ineficiencia de los jueces y a la corrupción policial. Sólo un 25 por ciento dice que “hace falta mano dura”, en tanto que la mayoría cree que la solución viene del lado de superar la pobreza, aplicar la ley como corresponde y terminar con la corrupción policial.
En la encuesta de Vox Dei, hay un 27 por ciento de habitantes del conurbano que consideran que su barrio es “nada seguro” y otro 50 por ciento que lo evalúa como “poco seguro”. De esos datos ya se percibe un clima de miedo y preocupación.
Igualmente, dos de cada tres personas (64 por ciento) sostienen que no tendrían un arma para defenderse, aunque hay un 32 por ciento que dice que está dispuesta a armarse ante el problema de la inseguridad. Bien mirado, este último porcentaje es alto y parece corresponderse con el número de armas –un millón– que, según estimaciones oficiales, están en manos de particulares en el Gran Buenos Aires.
Puestos ante siete alternativas distintas, la gran mayoría de los bonaerenses creen que el problema social, la pobreza y el desempleo, son la clave de lo que pasa y en cuanto a medidas concretas relacionadas con la inseguridad insisten en que, en primer lugar, los jueces deben actuar con mayor celeridad y eficacia y, en segundo lugar, se reclama limpiar a la Bonaerense de la corrupción. Quienes viven en el conurbano parece percibir que, por ahora, la policía es más parte del problema de la delincuencia que una solución.