Jorge Bergoglio denunció ayer que la Iglesia es “perseguida” y advirtió sobre el método de la difamación y la calumnia para hacer que ésta “crezca, se contagie y se justifique al punto de parecer razonable”. En el Gobierno no se dieron por aludidos por las críticas del arzobispo de Buenos Aires, pero, no obstante, no dejaron de criticarlo y considerarlo “enlace” de los distintos dirigentes antikirchneristas.

El purpurado porteño lo afirmó en la misa de apertura de la 93º Asamblea Plenaria que, hasta el sábado, sesionará en la casa de ejercicios El Cenáculo –La Montonera–, de la localidad bonaerense de Pilar, condicionada por el contexto electoral del país.

Tras considerar que “la Iglesia será perseguida en la medida en que mantenga su fidelidad al Evangelio”, Bergoglio alertó sobre las formas que a su entender toma este “acontecimiento eclesial de fidelidad y de no negociar la verdad. A veces –resaltó el primado– es frontal y directa. Otras veces hay que saberla reconocer en medio de las envolturas ‘culturosas’ con que se presenta en cada época, escondida en la mundana ‘racionalidad’ de un cierto autodefinido ‘sentido común’ de normalidad y civilidad”.

Bergoglio ofició una misa la última semana en la que convocó a los candidatos porteños. Allí estuvieron Jorge Telerman y Mauricio Macri. Por el kirchnerismo se presentó el aspirante a vicejefe Carlos Heller, ya que Daniel Filmus se encontraba en Australia. En esa reunión habló de la tragedia de Cromañón, lo que en la Casa Rosada se interpretó como una crítica a Aníbal Ibarra, jefe de Gobierno durante el incendio y actual cabeza de lista de candidatos a legisladores porteños.

“Bergoglio es el ariete de la oposición: y no lo decimos nosotros, así lo consignaron notas de la semana pasada y del fin de semana de distintos medios. La verdad es que su papel es lamentable”, señaló a este diario un funcionario kirhnerista. Hay que recordar que el Gobierno siempre sospechó que Bergoglio no fue ajeno a la campaña contra la reelección en Misiones que encabezó el cura Joaquín Piña.

Es notorio que las deliberaciones de la Asamblea Plenaria se realizan en medio de un clima de tensión con el Gobierno, que acusa a Bergoglio de perjudicar a los candidatos del kirchnerismo, y de malestar de la cúpula episcopal porque ni el Senado ni Diputados responden a sus pedidos de audiencia. Tal es el grado de conflicto que funcionarios K buscaron esta tarde conocer por anticipado el contenido de la homilía que Bergoglio pronunció para abrir el debate episcopal.